Capítulo 41 (REESCRITO)

1.2K 130 22
                                    


Obra registrada en SafeCreative bajo el código: 1512105984899.

Cualquier adaptación/copia de la misma sin el consentimiento de la autora será evidentemente denunciada.

DEREK

Capítulo 41

Gala

Puse el móvil en silencio antes de arrancar y cuando llegué a casa, me alegré de haberlo hecho. La cantidad de mensajes de mis amigas junto a los intentos de Derek por contactar conmigo, me hubiesen saturado mientras conducía. Y la verdad es que no me sentía tan nerviosa como al principio, porque, a pesar de haber pasado mala noche y llevar a cuestas la preocupación de la relación y del embarazo, la noticia me había dado algo diferente en lo que concentrarme. Algo que debía ser prioritario. Nadie, ni siquiera yo misma habría imaginado que mi reacción ante aquel cúmulo de emociones iba a ser plantearme muy en serio zambullirme en la aventura de lo que ser mamá implicaba, pero las cosas se habían presentado de aquella manera y mi corazón se ablandaba cada vez que fijaba la vista en las ecografías. Qué tontería, ¿verdad? Pero os prometo que las hormonas son tremendamente poderosas y desde el primer momento disparan el instinto de protección. Quizás iba a tener un bebé y debía olvidarme de lo demás. Quizás ser madre no era tan malo y podía aportarme muchas cosas que aun no conocía. Quizás debía darme la oportunidad a mi y al bebé de enseñarnos miles de cosas durante toda la vida, ¿no? Y aquel pensamiento me llenó de calma antes de entrar en mi casa. Cuando lo hice dejé todas las cosas en la entrada y avancé por el salón en silencio; fijándome en el rostro de mis amigas uno por uno. Violeta me miraba expectante pero desorientada, Greta extrañada y, mis hermanas, a quienes había avisado también, levantaban las cejas como si nada tuviese sentido. Pero yo seguí a lo mío y disfruté de la calma que había empezado a sentir unos minutos antes.

—Pues si que es urgente, si —mencionó Greta encorvando los labios cuando regresé al salón—. ¿Para eso nos sacas de nuestras obligaciones?

—He tenido que pedir el día libre —se quejó Violeta.

—Pues más vale que sea importante porque estoy perdiendo unas horas muy valiosas de anatomía —amenazó Julieta.

Dafne no dijo nada. Estaba adormilada y como su turno comenzaba a las tres de la tarde, no tenía ningún problema en repanchingarse en mi sofá y esperar todo el tiempo del mundo.

—Esperad —les tranquilicé.

Después me senté en el sofá con calma y abrí lentamente la carpeta azul en la que llevaba los primeros papeles del bebé secreto. Ellas miraban impacientes y con recelo mientras yo, con una tranquilidad molesta, sacaba la ristra de ecografías que me había entregado Nico. Acto seguido las coloqué en la mesa y me mantuve en silencio. Greta fue la primera en reaccionar.

—¿Tienes un quiste?

Yo solté una carcajada y miré a Dafne, que a pesar del sueño que tenía se incorporó de inmediato y cogió las fotografías. Las miró durante unos segundos y después llevó una mano a la boca.

—Es un bebé —susurró atónita para gritar después —: ¿¡Tienes dentro un bebé!?

Greta casi se muere de manera repentina y le quitó la ecografía de las manos.

—¡¿Qué?! —exclamó después a la vez que Violeta.

—Por favor, Dafne, déjate de bromas que no está el horno para bollos —Volvió a decir Greta observando la ecografía con detenimiento y un segundo después —: ¡Joder! Tienes dentro un engendro, tía. ¿Cómo ha podido ocurrir?

Soltó el papel como si quemase y yo reí disimuladamente.

—¿Y te ríes? —preguntó Violeta.

—¿Y por qué no iba a reírse? —preguntó Julieta—. Un bebé es bueno, ¿no?

[COMPLETA] No lo llames amor, llámalo Derek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora