Capitulo 63

148 10 0
                                    


—Lo siento tanto...— nos dijo sin despegar su mirada de la tabla —Pero debido a los golpes que sufrió...— volteo su mirada hacia nosotros —Tuvimos que realizarle una gran cantidad de exámenes para asegurarnos de que no hubiera golpes internos— ¡demonios! Que no podía decirnos 'El está bien' o 'Pueden pasar a verlo' me estaba muriendo por dentro. —Llego inconsciente pero ya está estable— todos lanzamos suspiros de alivio.


Lagrimas de felicidad se escaparon de mis ojos.


— ¿Y cuándo podremos verlo? — pregunte


— ¿Cuándo saldrá?— pregunto Pepo


— ¿Podemos verlo ya?— pregunto también Bautista


—Tranquilos— nos callo pepe  ante nuestra saturación de preguntas hacia el doctor


—Gracias...— le dijo el doctor a Pepe—Lo podrán verlo en cuanto despierte, y lo mejor será que se quede por algunos días...— nos comento —Sufrió muchos golpes y seguro estará adolorido— a pesar de saber que estaba bien me sentía terrible.


—A si que les recomiendo que vayan a casa y descansen, el está fuera de peligro.


—Esperaremos...— respondimos todos al unísono


—Si así lo desean— dijo finalmente para después regresar por donde había venido.


Más tranquilos nos sentamos de nuevo en la sala de espera,  Pepo llamo a Claudia y a Pablo y yo llame a casa, para avisar también. Ya que seguramente otra noche no llegaría a casa.


—Si queres ve a casa...— le dije a Pepe quien se estaba quedando dormido nuevamente


—No me iré— me contesto con los ojos cerrados


—Aww...— dije enternecida — ¿Quieres ver a Peter?— era obvio que no era así


—No necesito responderte eso...— contesto sin abrir los ojos —Creo que tuvo suerte, yo no lo hubiera dejado solo 'inconsciente'— lo decía en serio, vi como Bautista  estaba a punto de pararse, seguramente para reclamarle, pero Pepo lo evito.

Sentía la fija mirada de Bautista  sobre mí, parecía molesto. Seguramente era por el comentario de Pepe. Pero él no sabía absolutamente nada así que no tenía por qué meterse. Me puse de pie, necesitaba ir al baño.


—Ya vuelvo...— avise y camine siguiendo los pequeños letreros que indicaban donde estaban los baños.


Lave mis manos y moje mi rostro antes de salir de los sanitarios. Salí distraída acomodando mi blusa y accidentalmente choque con alguien.


—Lo siento...— dije rápidamente y al levantar mi mirada, logre ver a Bautista


— ¿Quien rayos se cree ese imbécil?— estaba molesto


— ¿Que imbécil?— tenía una ligera impresión de a quién se refería pero era mejor asegurarme

EL NIÑERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora