capítulo 33: MI SEXY JEFE

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Despierta sin pegar ojo, había pasado toda la maldita noche a causa del estúpido de mi jefe. Vamos ya sabéis a quién me refiero.

Comencé a vestirme, opté por algo informal no me gustaba ir arreglada cuando sabía que debía de realizar mucho trabajo. Saque una camiseta básica de color gris y unos vaqueros negros.
Me metí en la ducha me aclaré un poco y me envolvi en una linda toalla blanca, cuando salí Lucía ya estaba más que despierta.

- Enserio vas a ir con esta mierda, a la empresa donde esta tu ex-novio.

- Si, algún problema. No creo que deba arreglarme por alguien que apenas recuerdo.

- Enserio, tu nivel de idiotez alcanza unos límites infrahumanos.

- Para de insultarme quieres, bastante tengo ya con saber que estará hoy allí.

Cogí la llaves, me preparé el desayuno un sándwich con jamón y queso y me dispuse a salir cogiendo mi mochila con mi pequeño portátil.

- Tu no sales de aquí con esas pintas

- Anda déjate de idioteces y dejame pasar que al final llegaré tarde.

- Por encima de mi cadáver.

- Vamos Lucía enserio, no me hagas sufrir más.

- Me lo agradecerás en un futuro - decía super convencida -

- ¿Si te dejo que me cambies la ropa, me dejaras en paz y me harás la cena durante una semana?

- Todo sea por una buena causa - simulaba una lágrima -

- Bueno pues sorprendeme.

Fue hacia mi armario, parecía que nada le convencía del todo. Por lo que se fue a su cuarto y comenzó a sacar multitud de ropa. Algunas no niego que fueran bonitas pero otras eran demasiado femeninas para mi. Optó por una falda ceñida azul marina y una camisa blanca con el cuello de pico a juego con la falda. Unos zapatos estilo clásico y una chaqueta azul marina con botones dorados.

Estaba demasiado provocativas para mi gusto, me queje hasta salir por las puertas y quise entrar pero fue tarde oí como cerraba por dentro.
Baje por el ascensor del piso y me fui a la para del bus colocándole mis auriculares para matar el tiempo. Llevaba rato escuchando como si alguien me llamara, asta que sentí como me agarraban suavemente del hombro y me obligaba a quitarme los auriculares con mi música a todo volumen.

- Luis que haces aquí.

- Voy a trabajar ¿ quiéres que te acerque?, por cierto estas preciosa

- Gracias

Al principio dude pero la flojera pudo conmigo y al final acepte.

- Donde tienes que ir Ania

- Ha empresas Miller. - Le sonreí-

- No me digas, que coincidencia, yo también trabajo allí. - Se le notaba animado -

- Pues que bien. - me relajaba saber que el estaría cerca - si quieres Ania, puedo llevarte todos los día, así te ahorras ir en bus y podréis guardar más dinero para las noches de cine - comentaba animadamente -

- Pues muchísimas gracias enserio - el solo asintió y nos fuimos hacia el coche -

La empresa no estaba muy lejos, solo a dos manzanas pero suficiente para replantearte si ir andando. Estuvimos conversando durante todo el camino, el tema principal fueron las películas, ya que a ambos nos gustaba el mundo del cine.
A la media hora llegamos, este me dejó en la puerta y se fue a aparcar al parKing. Le esperé, ya que era lo mínimo después de haberme traído.
Cogimos juntos el ascensor, mientras yo me bajaba en el piso 12 el se bajaba en el 11. Por lo que nos despedimos con un cálido beso en el cachete deseandonos ambos buena suerte.

Me senté en mi mesa, organicé un poco los papeles y me coloqué mi bata . Tenía que hacer al parecer un informe sobre como avanzaba el fitoplacton que estábamos cuidando y como reaccionaba a ciertos compuestos químicos.

Me ajuste los guantes, me puse la mascarilla y comencé a leer, los productos que le habían aplicado con anterioridad y como había sido su reacción ante ellos.
Plenamente concentrada en mis funciones noté como alguien me respiraba cerca del cuello, todo mi cuerpo se tenso y para cuando fui a girarme para apartarlo de mi, mi sorpresa llegó a una escala nivel 10.

- Buenos días Señor - decía con desgana -

- Muy buenos días señorita Smith, estraño vestuario el de hoy. Pocas veces te he visto tan formal vestida.

- Me verá así más seguido señor, esto es un trabajo no puedo ir con cualquier cosa. - le miraba a los ojos -

- Pues tenga cuidado, la mayoría de los chicos de aquí están deseando hecharle el guante, y desde luego no me excluyo de esta afirmación. - me observaba de arriba a bajo -

- Resignada le dije - Karls, ¿qué es lo que quieres?

- Te quiero a ti - me miraba con deseo-

- No creo poder conceder ese deseo

- Puede que ahora no, pero más adelante serás mía - se acercó a mi y me dijo en un susurro -

Mi cara era un puro volcán en erupción. No os lo voy a negar Karls es guapisimo, es muy complicado resistirse a esos ojos que tiene. Debo hacer control mental para no caer en sus redes.

- Señor si me disculpa, creo que voy a seguir con mi trabajo - este encogió el entrecejo -

- Te quiero en mi despacho en 15 minutos - y con esto se marchó sin más -

- Ai dios en que lío más gordo acaba de meterme

Querido Diario ¿Sabrá Que Existo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora