CAPITULO 33

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capítulo dedicado Melyrodrigueze.

SENTIMIENTOS DE CULPA

Una semana había transcurrido desde la muerte de Erick, todos me veían con cara de consideración y lo odiaba. Claro, pensaban que él era el padre del niño que venía en camino, pero el hecho de que yo inspirara lástima me enfermaba.

Si antes no dormía bien, ahora era peor, lograba conciliar el sueño pocas horas y me despertaba siempre exaltada por mis acostumbradas pesadillas. No había ido a ver a Ian desde entonces pero nos manteníamos en contacto por teléfono. Estaba preocupado por mí, me moría por estar con él, necesitaba que me abrazara, que me llenara de besos, que me dijera que me amaba, pero el hecho de privarme de su compañía era mi propio castigo por lo que le hice a Erick.

Mi padre lucía consternado por mi comportamiento, ha querido hablar conmigo un par de veces pero siempre le digo que estoy bien y que tiene mejores cosas de qué preocuparse. Sin embargo, lo he pillado mirándome con una marcada tristeza, sé que lo hiero al ignorarlo, al apartarme de él, pero en cierta forma lo estoy preparando para lo que viene. Cuando nazca mi hijo se sabrá toda la verdad y esta vez sus influencias no podrán librarme de lo que me espera.

Sólo Ivanna conoce la procesión que llevo por dentro, y aunque ha tratado de hacerme sentir mejor, no lo ha logrado.

Me ha insistido que vaya a visitar a Ian, que él está muy angustiado por mí y le he tomado la palabra. Lee maneja mientras que yo veo las altas edificaciones pasar por la ventana. Son casi las tres y llueve, la primavera siempre trae constantes lloviznas pero aun así es fresco en comparación con las demás estaciones.

Parqueamos al frente del edificio, como todo un caballero, Lee me abre la puerta y con un paraguas me escolta hasta la entrada. El portero nos saluda y me veo recorriendo el ya conocido camino. La puerta de la habitación de Ian era resguardada esta vez por dos licántropos, me alegra mucho saber que Spencer era uno de ellos.

-Hermosa Alexa. -Me dice abriéndome sus brazos.

Me refugio en ellos y me dejo envolver por la calidez del contacto de mi amigo.

-¿Cómo estás? -Me pregunta plantándome un beso en la cabeza.

-Mejor. -Miento.

Sujeta mi cara con ambas manos y me obliga a verlo, sonríe y me abre la puerta permitiéndome el acceso.

Lee se queda afuera, escucho cuando les dice que se den un descanso que él se quedará en custodia. Ellos lo agradecen y se dirigen al elevador. Sonrío para mis adentros, sé que Lee sabe lo mío con Ian, Félix me confesó que se lo había contado, pero no me importa, puedo confiar en ambos. Además le agradecí que nos estaba dando privacidad.

Ian está sentado en el amplio sillón de la sala, con un humeante chocolate colocado frente a él en la mesita de centro. Se levanta apenas me escucha entrar, me acerco y coloco mi cabeza en su pecho, aún lleva el cabestrillo así que con la mano libre me rodea por el hombro.

No me pregunta nada lo cual agradezco, permanecemos así unos momentos hasta que levanto mi mirada hacia él y busco sus labios. Coloco un pequeño beso y él me sonríe, procedemos a tomar asiento.

-Todo es mi culpa. -Dejo ir de repente.

-Alexa no pienses así.

-Lo es, Erick insistió ir en vehículo y yo me negué. Me pidió ignorar el llamado de auxilio y yo nuevamente hice caso omiso a sus palabras. Cuando me di cuenta que era una maldita trampa ya estábamos rodeados. Fui la mejor en todo siempre, nunca tuve temor a nada, siempre me he caracterizado por ser intrépida y audaz, y ahora no soy ni la sombra de lo que solía ser.

-Todos cambiamos Alexa, para bien o para mal. Las experiencias nos hacen cambiar.

-Y sabes que es lo más egoísta Ian, que aunque me duele su partida, me alegra que haya sido él y no nuestro hijo. ¿Me convierte eso en una mala persona?

Ian me miraba a través de esos ojos chocolate que tanto amaba, su mirada no era de lástima como la de los demás, sino de comprensión.

-Es un varón. -Le confesé y él me miró con sorpresa.

-¿Cómo lo sabes?

-Sólo lo sé.

-Oh Alexa. -Me besó y se podía reflejar felicidad en su rostro, al menos compartíamos un momento de alegría en nuestra burbuja.

Hizo una mueca de dolor que trató de disimular con una sonrisa.

-Yo puedo aliviar tu dolor, es más puedo hacer que sanes.

-¿A qué te refieres?

-Si bebes mi sangre sanarás de inmediato.

-¿Es eso legal? ¿Se puede hacer?

-No, está prohibido, pero ya que estamos violando todas las reglas, a la mierda con el protocolo. Puedes seguir usando el cabestrillo y fingir, es tu decisión.

Se queda pensativo para luego agregar: -Siempre he tenido curiosidad de saber a qué sabe tu sangre. Tú bebes de la mía con tanto placer que he llegado a fantasear con hacerte lo mismo.

Me mira un poco avergonzado y por primera vez en una semana suelto una carcajada.

-Hazlo entonces, nadie tiene que saber.

Él asiente, nuevamente nos estábamos metiendo en la cueva del lobo, ambos sabíamos las consecuencias de nuestros actos.

Hice un pequeño corte en mi muñeca, él la acercó y coloco sus labios. Comenzó a beber y sentí una extraña sensación de hormigueo que recorrió todo mi cuerpo, era agradable.

-Suficiente. -Me obligué a decir, por ser humano tenía límites.
-¿Cómo te sientes?

Sus mejillas se poblaron de un rosado pálido, similar a mi reacción cuando me alimenté de él la última vez. No había vuelto a hacerlo aunque lo deseaba, quería evitar esta curiosa situación, además después de la transfusión su sangre no olía igual.

-De maravilla. -Me contestó poniéndose de pie. Ahora te entiendo, no me desagrado el sabor de tu sangre.

Se quitó el cabestrillo y movió su mano de manera circular, se tocó a la altura de las costillas y una amplia sonrisa iluminó su rostro.

-Se ha ido. -Respondió haciendo referencia al dolor.

-Lo sé. -Me limité a contestar.

-Nuestro secreto. -Le recordé.

-Nuestro secreto. 'Replicó llevándome hacia él y reclamando mis labios.

****************

Hola, quisiera pedirles disculpas ya que por un error involuntario he estado contestando mensajes de forma incorrecta y por eso muchas veces no reciben mis respuestas. Quiero que sepan que yo aprecio mucho sus comentarios y siempre que puedo contesto, gracias a una lectora me di cuenta y estoy súper apenada, así que no piensen que no lo hago.

De ahora en adelante seguiré dando respuestas a sus comentarios como debe ser. Una vez más gracias por leer Alexa y por sus valiosos votos.

ALEXA (+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora