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Que sí, que ya se que soy tonta y una cursi, pero yo lo siento así.
Adoro los pequeño detalles. Siempre los he adorado, y más aún cuando vienen de esa persona.
Hoy me siento especialmente sensible y cursi. Tengo que admitirlo, pero siento debilidad por sus abrazos. Esos en los que me tengo que poner de puntillas para poder abrazar su cuello mientras él acaricia mi espalda. Adoro también rodear su cintura con mis brazos, sintiéndome así protegida, y pegar mi cabeza a su pecho para escuchar los latidos de su corazón.
Para qué mentir: sus brazos son los que realmente hacen que me derrita. Brazos fuertes con venas que se extienden como las raíces de un gran roble.
Esos pequeños detalles son los que realmente me hacen perder el sentido, tan pequeños como entrelazar las manos durante apenas un par de minutos, o que cuando te vea mal te pida que sonrías. Los besos cariñosos en la cabeza o las miradas cómplices.

Pero, siendo realistas y bajando a la realidad, ¿qué es todo esto? Claro que todas esas cosas me hacen la niña más feliz del mundo, pero se que él no piensa como yo. Somos solo amigos. Él no me quiere del mismo modo en que yo le quiero. No me ve con los mismos ojos. No me abraza del mismo modo. Me rompe el alma pensar así, y más aún sabiendo que voy a tener que vivir con ello durante tanto tiempo.

Nota mental: no separarme nunca de su lado.

(26/6/2015)

Midnight thoughtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora