Una infinidad de lunares recorren su cuerpo. Lo que daría yo por poder contarlos todo. Hombros anchos y espalda recta y musculosa. Nunca podré borrar de mi cabeza la imagen de mis dedos recorriendo los músculos de su espalda. Las venas de sus brazos siguen extendiéndose y me sigue demostrando que es fuerte, tanto físicamente como de corazón.
Esa cara de niño inocente y esa mirada que atrapa y trastoca todos tus pensamiento.
El roce de sus dedos por la piel de mi costado hace que todo mi cuerpo se contraiga y mi piel se erice al instante.
(29/6/2015)
