LIBERTAD

Capítulo 26- Ella

-Evaaaa pensé que me volvería loca, ¿por qué tardas tanto en llamar?- tuve que separar el celular de mi oído antes de que el grito de Jul me dejara sorda.

-Lo siento, hemos estado ocupados. ¿Sucede algo? ¿Emy está bien?

-Si, tranquila, todo esta bien... Bueno...-ella deja de hablar, asumo que buscando las palabras para lo que sea que me vaya a decir pero, si todo esta bien ¿Qué es lo que me dirá?, desesperada por lo que no me dice, insisto.

-¡¿Qué?!

-Cris está cada vez más desesperado. Eva, ese hombre no parará hasta encontrarte, está decidido.- suspiro y me lo imagino recurriendo a todo el que pueda ayudarle a dar conmigo. Mi corazón aún se acelera de una manera que no puede ser para nada saludable cuando escucho su nombre, pero no debo pensar en él porque jamás me repondría de la desilusión que me produciría su rechazo y hasta posiblemente la mirada de asco al saber por todo lo que he pasado. Prefiero mil veces tener la espinita en mi mente y mi corazón de que me aceptaría con todo mi pasado, que su amor fuera tan grande que sería imposible olvidarse de mi.

En el caso de que su atracción por mi vaya más allá de la carnal.

Nuestra relación duro solo un par de meses, se dio de una manera bastante rápida y en tan poco tiempo creció -al menos en mi- un intenso sentimiento que hoy en día no me permite olvidar ni un solo segundo que pase a su lado, por el contrario crece cada día más. Y es que, ¿quién podría olvidarse de sus besos que se tatuaron en mi piel, traspasando cada epitelio hasta fundirse con todas las células que componen mi organismo?. O sus caricias junto con el recuerdo de su olor siendo estos el arrullo que por las noches me ayudan a conciliar el sueño. Sin dejar aun lado sus penetrantes y brillantes ojos celestes que son mi constancia de que nunca fue un sueño, que el dueño de esas dos perlas preciosas existió, que un día me miraron de una manera que podía hacer temblar hasta las pequeñas hebras de mi cabello. Aunque sólo pudiera percatarse del temblor de mis rodillas, solo yo sabía que podía hacer vibrar todo mi ser con solo mirarme.

Inclusive antes de saber que estaba completa e irreversiblemente enamorada pude percibir una emoción arrolladora en mi pecho cuando al despertar de mi vida anterior para entrar en una en la que sin saberlo tendría los momentos más felices de mi vida, me recibieron los más hermosos ojos color celestes con un brillo tan maravilloso que iluminaba las paredes blancas e insípidas de la habitación de hospital donde deje mi corazón hace ya varios meses.

-Tendrá que desistir en algún momento. Hay algo importante que tengo que hablar contigo.- evito el tema y trato de cambiarlo lo antes posible y ella lo nota porque me hace escuchar el sonoro suspiro al otro lado de la línea.- Sabes que no quiero hablar del tema, ya sabes mi opinión al respecto y no la cambiaré, él merece algo mucho mejor y estoy decidida hacerme aun lado para que encuentre a esa persona.

-Y yo siempre te diré la mía, no estoy de acuerdo y es muy estúpido lo que dices porque tu eres quién merece todo lo bueno que te pase.- Resoplo porque siempre terminamos hablando del mismo tema que tanto rehúyo.

-¡Ah claro! entonces yo podré decir lo mismo de ti ¿no?- digo ya bastante irritada- Tu mereces todo lo bueno que te pase y el doctor sonrisa puede ser ese hombre que te brinde la felicidad que tanto mereces.

-No es lo mismo.- susurró tan bajo que me pareció percibir su aliento en mi oreja.

-¿Ah, no?

-No, todo este tiempo... He podido ver con mis propios ojos el gran sentimiento que Cris siente por ti, su mirada distante cuando estamos en su casa hablando de cualquier cosa para distraerle pero que claramente no funciona, el brillo en sus ojos cuando se queda viendo una foto tuya; que a escondidas cuando cree que nadie más lo ve, roza la imagen con sus dedos, suspira y la coloca en su pecho susurrando que te encontrará pase lo que pase y sin importar nada, pasando por quién sea con tal de volver a verte, luego la vuelve a colocar en su sitio y después de unos segundos viendo por la ventana simplemente se levanta y vuelve a ser el fuerte hombre que no se dejara amilanar por nadie.