Toque Angelical.

Lecciones

...Y la voz solo susurró: lecciones, lecciones.

Todo en nuestra vida es una lección, buena o mala, placentera o agobiante. Así como las recibimos, también las damos a otros; unas veces muy conscientemente, otras sin casi percatarnos de ellos.
Detrás de cada lección hay un aprendizaje. Y todo lo que nos ocurre, adverso o no, es justamente lo que necesitamos para aprender; para volver la mirada sobre nuestros actos y preguntarnos qué hemos hecho mal, dónde hemos fallado y cómo debemos recomponer las cosas.
La vida es una escuela, es una gran maestra y cada episodio, cada encuentro con alguien, cada experiencia, conlleva a grandes lecciones de vida. La rueda de la vida con sus causas y efectos siempre nos pone frente a lo que hemos sembrado (bueno o malo), siempre nos pone a prueba para medir nuestra capacidad de aceptación y reconocimiento de nuestras responsabilidades. Es un ir y venir causal, y no casual, del cual vamos recibiendo lecciones de vidas.
Debemos activar al máximo nuestra capacidad de resiliencia para potenciar nuestra felicidad; debemos asumir la vida de manera consciente, buscando el verdadero sentido de cada paso que damos, evitando en lo posible aquellos pasos que luego nos conduzcan a desgracias, problemas o malos momentos.
La vida casi siempre nos pone frente a espejos para que podamos ver en el reflejo del otro lo que en nosotros mismos nos molesta, lo que en nosotros mismos no hemos podido cambiar. La vida nos vuelve, al cabo de un tiempo, sobre nuestros pasos para que observemos las huellas que hemos dejado.
Lecciones, maestros, aprendices... todos dentro de la vida la gran escuela. Aprendamos lecciones en el momento que corresponda, así nos evitamos diferir exámenes o tener siempre materias pendientes.
Pidamos al ángel guardián de la Madurez y al arcángel Jofiel que nos asistan en el difícil proceso de aprender las lecciones de vida.

Me miro, aprendo, rectifico. Intento no repetir mis fallas. La vida me habla y debo escucharla. De mí depende mi evolución y conscientemente la asumo. Dios conmigo.