Cuando llegue a mi casa cogí el ordenador y comencé a escribir. Pensé que seria buena idea llamar a la protagonista de mi historia como yo. Tecleé durante un poco más de media hora y mi historia comenzó así:
Me desperté de golpe tumbada en un lecho de hojas húmedas y frías. No podía hacer más que mirar a los lados para intentar reconocer aquel sitio. Tenía heridas por todo el cuerpo y apenas era capaz de moverme.
A lo lejos vi como dos chicos de unos diecisiete años se acercaban rápidamente hacia mi. Me preguntaron varias veces que si estaba bien pero aunque les oía no podía responderles. Me cogieron en brazos y me llevaron al interior de una nave. Dormí alrededor de dos horas. Cuando me desperté ya podía hablar.
- ¿Quienes sois? ¿Qué hago aquí?
- Tranquilizate Alison.
- ¿Cómo sabes mi nombre?
- Señorita Lawrence, la ha enviado aquí el presidente Isaac. La cuidaremos bien no se preocupe. Irá entendiendo lo que ocurre con el paso del tiempo, yo por ahora no se lo puedo explicar. Le hemos dejado ropa limpia y toallas en su cama. Si necesita algo pregunte por Noah West. Yo me llamo Johanna Baker.
¿Cómo no iba a poder explicármelo?
