Capítulo uno: Manhattan

30 3 2
                                    

Nate me miró fijamente con una de sus sonrisas de media luna. Sabía que su única intención era provocarme porque, como suele pasar, sabía que aceptaría.
- Está bien, escribiré una historia para ese estúpido concurso, pero no vengas llorando cuando haya ganado.
- Tu tranquila, los dos sabemos que no vas a ganar- la sonrisa de antes volvió a aparecer y cuando le devolví una mirada de odio sus ojos azules casi negros brillaron como nunca.
- Adiós Nathaniel.
- Adiós Ali. Por cierto, puedes llamarme Nate y con eso quiero decir que espero que me llames pronto.

Iba a responderle pero no lo hice. Me marché de allí caminando rápidamente sin mirar para atrás, aunque me moría de ganas. Notaba su mirada abrasadora en mi espalda, como él estaba esperando a que me diese la vuelta, pero no lo hice porque sabía que sino habría ganado. Cogí el móvil de mi bolso y llamé a Vic.
- ¿Qué tal Ali?
- Mal. Nate es un creído y yo soy tonta porque le he dado la razón.
- ¿A qué te refieres?
- He aceptado a participar en un concurso de escritura para burlarme de el cuando gané pero todos sabemos que no voy a ganar en mi vida, como mucho quedaré en el puesto 150.
- No seas pesimista, tal vez ganas.
- Las dos sabemos que no lo haré.
- Es verdad. Sino, dile que al final no quieres.
- Y ver como me lo restriega, ni de broma.
- Pues entonces escribe sobre algo que te haya pasado.
- Buena idea, a lo mejor consigo superarle y todo- Vic se quedó callada y eso no podía significar nada bueno- ¿qué?
- Te esfuerzas demasiado en haces quedar mal a Nate. Así nunca le vas a gustar.
- ¿Gustar? Ni en sueño.
- Pues es bastante guapo...
- Vic ya. No es guapo. Hasta luego.
- Adiós.
No quería admitirlo pero cuando me dijo que me gustaba un cosquilleo me recorrió el cuerpo de arriba a abajo y en mi mente no paraban de aparecer imágenes suyas. A lo mejor si me parecía guapo. No. No me lo podía parecer.

ClarionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora