Ella se llama Ema, era normal, calificaciones normales, sin sobresalir, cuerpo normal, sin exagerar, una familia normal (un padre, una madre y una hermana), una casa a las afueras de un pueblo de Alaska, pero esta historia no tratara. de una chica normal que se vuelve popular, o conoce un chico guapo y viven una historia memorable de amor, no esta historia no sera así, esta historia es sobre esa conexión que Ema tenia con la luna.
Ema era de ojos cafés y algo rasgados, cabello castaño oscuro, una piel que parecía de un capuchino con mucha crema líquida, ella tenia una amiga, Mitchi, a pesar de tener un nombre obviamente extranjero, su familia era originaria de ese pueblo, solo que le gustaban los nombres extranjeros, Ema y Mitchi eran amigas desde el 3er grado, ellas eran tan diferentes que no parecían tan compatibles como lo eran.
Ema siempre quiso saber que secretos ocultaba la luna (y no, no quería ser astronauta), desde que era pequeña su madre le contaba mil y una cosas sobre la luna (Ema también creía que su afecto hacia la luna también fue inducido por su madre) y todos los secretos que escondía, en cambio su hermana (menor) era lo contrario, era obstinada y tosca al comer, hablar o incluso al caminar, pero era dulce cuando se trataba de sus seres queridos, algo que el padre de Ema jamas sería, era uno de eso padres que siempre decía "tengo muchas cosas que hacer" o "estoy ocupado"(la escusa mundial) y cuando no estaba trabajando salia de la casa y volvía asta la noche.
Cada noche Ema salia al techo de su casa y se quedaba horas viendo la luna, esperando que....