Carta nueve

341 43 2
                                    

Hola chico N

Mi torpeza por fin sirve para algo bueno.

Te preguntaras del porqué, tal vez no, por el simple hecho de que tú no recibes estas cartas.

Eso ya no importa, el punto de todo es que iba distraída con mi teléfono, tanto así que ni siquiera note tu presencia y al parecer tú tampoco me notaste, porque chocamos en los pasillos de la escuela, mi teléfono salió volando y al caer quedo en tres simples partes. Tú te ofreciste a armarlo.

Yo estaba tan nerviosa que solo asentía a todo lo que me preguntabas. Cuando terminaste de armarlo lo encendiste y registraste tu número como "el genial Ness"; me entregaste el teléfono y hubo un pequeño roce de tus dedos con los míos que hizo que todo mi cuerpo se estremeciera, creando un ligero rubor en mis mejillas, tú lo notaste y reíste para romper la tensión, me tendiste tu teléfono para registrar mi número, con todo el nerviosismo del mundo lo anote y cuando termine te sonreí de la forma más sincera que encontré.

Te despediste de mí y yo estaba aún congelada en mi sitio.

Espero que un día de estos se me quite el nerviosismo que me provocas.

Con amor L


Cartas para élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora