Domingo, El final

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Ana estaba parada junto al juez con las manos esposadas por detrás de su espalda, y a su lado se encontraba Rafael Sanders con una mirada muy seria y decisiva.

El juez estaba apunto de dar las palabras maestras, las que dictarían su final. Los demás que nos acompañaban en ese lugar con un silencio absoluto, no querían perderse la más mínima entonación de palabra del grandísimo jefe.

Ana miro a Rafael y le sonrió, sea lo que sea, ella le decía gracias con la miraba por ser el único que la había escuchado y creído su historia.

- Ana Samira Stearling González. Es evidente que las evidencias que tenemos en su expediente son afirmativas y concluyentes...- hizo una breve pausa para mostrar la carpeta azul que se encontraba en la mesita frente a él- pero sin embargo hemos investigado la raíz de los hechos y hemos extraído información relevante para este caso- se aclaró la garganta- Queda usted en liberación condicional. Espero que no nos equivoquemos con usted, ha terminado la sesión. Me retiro- se levantó de sus aposentos y se retiró del lugar acompañado de sus escoltas.

Ana veía esto como una farsa, espero todo menos que la darían en libertad. Parecía un sueño convertido en verdad. Ella no podía creerlo, estaba siendo liberada después de cometer un gran crimen. Uno de los policías le quitó las esposas, su reacción involuntaria fue volver a mirar a El Detective Rafael quien tenía una mirada de victoria, por supuesto; su liberación tuvo que haber sido por su culpa.

-¿Tú pediste esto?- pregunto la Ana

- Todos merecemos una segunda Oportunidad Ana, te quitaron algo y tu quitaste algo, espero que ahora que eres libre de tu pasado puedas encomendar tu presente...- dijo

Ella con lágrimas en sus ojos por la acción que este hombre había hecho por ella sin conocerla, le hizo sentir que aún quedaban personas buenas en este mundo. Personas increíbles y justas, en un arrebato le dio un fuerte abrazo y le dijo;

- Jamás nadie había hecho algo así por mi. Estaré en deuda el resto de mi vida- y con una última carcajada en medio de sus lágrimas y el exagerado abrazo se percató que el hombre estaba conmovido. Quizás porque también tenía una historia que contar y que nadie había oído...

La vida de Ana Stearling continuo como debió ser. Se convirtió en una mujer exitosa y fuerte e impulso a otras mujeres que sufrían violencia sexual a denunciar el abuso y hacer oír sus voces. Jamás volvió a rendirse y hacerse sentir menos por nada ni nadie.

Actualmente ella y el Detective Sanders son grandes amigos, que trabajan en pro de los derechos y la justicia de los ciudadanos en caracas, el Avanzo a Sargento policial mayor de la policía Estadal Venezolana y ella se convirtió en una abogada de la República.

Palabras De Ana, LA HOMICIDA. [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora