Palabras De Ana, LA HOMICIDA. [Editando]

Seguía siendo jueves

-¿Qué pasó después?- pregunto el detective.

-Yo me quedé en aquella habitación con mi vestido rosado destrozado, intentando cubrir con las partes que no se habían deshilachado mi maltratado cuerpo. Ya el daño estaba realizado... Me dolía todo el cuerpo, absolutamente todo. Regrese a mi casa casi amaneciendo y les conté a mis padres, pero pensaron que simplemente era una exageración de mi parte lo ocurrido aquella noche, no eran de los que se preocupaban por mi... Ni siquiera sabía si realmente les importaba o me tenían que tener solamente por el vínculo sanguíneo que nos unía. Dolía. Mi pecho dolía, había sufrido y nadie me escuchaba... Nadie me consolaba; era apenas una chiquilla, y ese acto daño mi vida desde entonces. No salía de mi casa por miedo a volverme a encontrar a Ángel y que me volviera a Dañar, Karina me visito una vez a mi casa, le dije que se fuera inmediatamente, ella no tenía ni el más mínimo rasgo de culpa en su rostro y solo se reí y se marchó aquella vez. Cuando cumplí 18 años decidí volver a salir y ver el mundo. Conseguí un trabajo y me iba bien... Pero cuando iba a dormir ese momento se repetía en mi cabeza una y otra vez, era doloroso. Muy doloroso.  Baje de peso; no quería comer, no tenía apetito. Mi cabello marrón se empezaba a ver áspero y mi vitalidad se veía fracturada. Realmente pensé que ese era mi final. Pero me levanté y seguí adelante con mi vida. Trabaje y recuperé mis ganas de seguir adelante y deje de tener pesadillas. Deje de ser infeliz... Al menos por ese tiempo había dejado de ser infeliz. "Pero la vida es así, impredecible, la paz no es un bien que dure para siempre y en mi había durado muy poco"- decía Ana alzando su rostro y mirando al Detective a los ojos- Me sentí miserable en cuanto lo volví a ver, actuando como si nada había pasado. Para mi sorpresa, eso no me daño físicamente, si no qué, me impulso a seguir creciendo y recuperar mis fuerzas, sabía lo que quería hacer ahora; matarlo-.