Lebanon, Kansas.
En el búnker...Imágenes espantosas no paraban de dar vueltas en la cabeza de Casey. Parecía que todo lo que había vivido hasta ahora tan solo eran las pequeñas piezas de un puzzle demasiado grande para ella. Un puzzle, que tendría que resolver ella sola. Nadie más podía ayudarla. Era un rompecabezas demasiado intrincado que parecía no hacer más que ponerla a prueba. Lo que ella no sabía es si todo eso la haría más fuerte o más débil.
Sin embargo, el problema, lo más complicado, era lo que pasaría en un futuro. Al fin y al cabo, nuestro destino lo escribimos nosotros. Somos nosotros los que decidimos formar parte del problema o de la solución. Solo nosotros podemos decidir entre el bien o el mal. Solo nosotros.
Últimamente, los días eran demasiado largos. Sin embargo, no había tiempo. Se pasaban los días buscando soluciones para la marca de Caín que portaba el mayor de los Winchester pero la suerte nunca estaba de su parte. Por otro lado, Casey tampoco se encontraba al cien por cien. Intuía que algo muy malo estaba por ocurrir.
Además, empezaban a ocurrirle cosas no muy normales. No sólo había vuelto a hábitos poco saludables de su pasado. Apenas comía, se encontraba muy cansada, bastante pálida y débil y no dejaba de tener pesadillas horribles con cosas que ni ella misma podía imaginar. Tenía que volver al trabajo y pronto. Ahora se trataba de su salud y también, en parte, de Dean.
-Eh, eh Case, despierta.- la zarandeó su hermano levemente.- Vamos, pequeña. Despierta, tienes que desayunar.- siguió insistiendo Logan.
Aquellas palabras se repetían en su mente cada vez que notaba el zarandeo proporcionado por su hermano. Por fin, logró abrir los ojos e incorporarse aparentando tranquilidad. Sin embargo, estaba completamente tensa y con la frente empapada de sudor. Incluso las sábanas se adherían a su ropa.
-¿Cuánto... Cuánto h-he dormido?- preguntó la joven entrecortadamente.
-Has dormido dos días seguidos.
-No lo entiendo, ¿qu-qué ha pasado?- volvió a preguntar notando un profundo dolor de cabeza.
-Fuimos a por un hombre lobo en Iowa. Cuando fuimos a por él, te golpeó en la cabeza y te desmayaste. Después te trajimos aquí y llamamos a Cas para que te curara.- le explicó Logan.
-¿Acabasteis con él?
-Sí, pero eso ahora no es lo más importante. Sam, está muy preocupado por ti.- aquellas palabras sorprendieron mucho a Casey. Cosa que se hizo notar rápidamente.
-¿En serio?- apareció una delatadora sonrisa en los labios de la joven.
-Sí. Todos estos días parecía una mosca cojonera, todo el día yendo y viniendo por aquí. Velando por ti. Deberías ir a verle.
-Entiendo.- asintió Casey.
Se levantó de la cama y giró el pomo de la puerta inspirando profundamente. Tras salir por la puerta, cruzó el largo pasillo en dirección a la cocina. Seguramente, estarían tomando algo. Pero, sin embargo, todo parecía borroso y con largas distancias. Con cuidado, se apoyaba en las paredes para no caer. Sorprendentemente, notaba como si todo cayese sobre ella. Como... Un peso muerto.
Lo que no esperaba encontrarse era al menor de los Winchester en dirección contraria a ella. Seguramente iba a ver qué tal se encontraba.
-¿Casey?- preguntó Sam nada más verla.
Se encontraba de espaldas a él sujetándose a la pared con una mano tan blanca como la porcelana. No tardó en arroparla con sus cálidos brazos. Verla así, no era normal. No era ella. Y tampoco era cosa de un desmayo. Se encontraba mucho peor que antes.
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UN MUNDO SOBRENATURAL
FanfictionLas vidas de Logan y Casey cambian por completo al haber estado presentes en uno de los acontecimientos más traumáticos de sus vidas, algo que marcó un antes y un después en ellos, algo que hizo cambiar su forma de ver el mundo. A pesar de vivir en...