Separados - Natsu & Lucy...

Especial NaLu

Lucy había vuelto temprano a casa, ya que había terminado de ayudar a Levy más pronto de lo que ella tenía previsto.

Lucy se dirigía caminando lentamente hacía su casa, admirando el paisaje que había visto tantas veces ya, pero desde aquello lo veía todo de manera diferente, por lo que el paisaje del camino que había recorrido tantas veces la lo largo de los años, ya no le resultaba idéntico a como lo recordaba de la última vez que lo había visto antes de aquel suceso, y es que ahora todas las sombras le resultaban luces.

Con esa sensación Lucy llegó a su casa, que compartía con Natsu, él y Happy se habían mudado cuándo Natsu y Lucy se declararan y empezaran a salir, se habían mudado para que Natsu y Lucy pasaran más tiempo juntos, además de que Natsu se pasaba la mayor parte del tiempo en casa de Lucy, por lo que no sería tanto cambio

Al entrar a casa Lucy escuchó unos ruidos extraños, como de gemidos. Confundida se dirigió al lugar del que procedían esos sonidos, la habitación principal, dónde se encontraba la cama en la que ella y Natsu dormían cada noche. Al asomarse cuidadosamente a la habitación, lo que vio la dejó completamente helada y en shok (creo que se escribe así), no podía mover ni un músculo de la impresión, pero cuando pudo asimilar lo que estaba viendo sintió una punzada de dolor en el corazón, para posteriormente sentir como su corazón se partía lenta y dolorosamente en diminutos trozos, que al unirlos no le hacían justicia al corazón que Lucy tenía antes, pues al intentar recomponerlo te dabas cuenta de que algunos de los trozos más grandes e importantes se habían perdido mientras los trozitos caían lentamente al suelo, tantos eran los trozos, y tan pequeños, que parecía que no podrían volver a unirse jamás, que Lucy no podría volver a amar, al menos no con la misma magnitud con  la que había estado amando hasta ese momento.

Natsu estaba acostado encima de una peliblanca, a la que Lucy reconoció como Lissana, ambos desnudos sobre la cama, y Natsu se enterraba en ella con fuerza y pasión mientras Lissana le pedía más, y que lo hiciera más rápido.

Cuando Lucy se recompuso del dolor y la impresión salió corriendo mientras las lágrimas salían disparadas de sus ojos para manchar su rostro y perderse por su mentón o salir disparadas hacía el cielo por la velocidad y la suave brisa nocturna, solo alcanzó a oír antes de irse y de quedar lejos del campo auditivo, "¿Qué tal lo hago?" "Mucho mejor que Lucy".

Lucy no quería oír más y no quería ver más, por lo que se dirigió hacia el bosque lo más rápido que podía mientras las lágrimas seguían manchando su rostro.

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Lucy se levantó sobresaltada de la cama y miró hacia su costado derecho para ver como sobre la cama descansaba pacíficamente su  novio, descubriendo que todo el mal trago que había pasado hacía tan solo un momento no había sido más que un  mal sueño y que nada de todo lo que había visto acerca de que Natsu la engañara era mentira, producto de la mínima duda que tenía acerca de su relación, pero a pesar de saber que todo aquello no había sido nada más que una pesadilla, su  mente se negaba a creer que todo era mentira, pensaba que todo había nacido de un poco de recelo hacia Lissana, pero no solo por que hubiera intentado romper su relación con Natsu antes siquiera de que comenzara, sino también producto del conocimiento que tenía ella acerca de que Natsu y Lissana habían estado muy unidos de niños, e incluso habían hecho la promesa de casarse algún día, y ella sabía que Lissana se había tomado esa promesa muy en serio, a pesar de la poca importancia que tenía para Natsu. 

Pensando en eso, Lucy se quedó sentada sobre la cama con las sabanas descansando suavemente sobre su regazo, mirando directamente a la pared de enfrente, pero con la mirada perdida, mientras que Natsu descansaba plácidamente a su lado, o al menos eso creía ella.