La última vez que te vi, llevabas tu camisa azul marino desgastada, tenías los ojos cerrados y dormías plácidamente en tu cama con bultos y varillas salidas. La luz del sol que indicaba que estaba amaneciendo se había filtrado entre las cortinas y me había dejado ver por última vez tu rostro cansado.
No conocía más que tu nombre y el sabor de tu boca, la calidez de tu sonrisa y la textura de tus manos que me habían recorrido el cuerpo la noche anterior de todas las noches posibles.
Desde aquella noche, en la que nos encontramos finalmente, en la que bailamos lentamente, en la que nos conectamos después de tantos siglos separados.
Desde aquella noche en la que me había sentido más viva que nunca.
No pude dejar de pensar en ti.
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The Prey.
RomansaLa primera vez que te vi, estabas ebrio y yo estaba desesperada; Llevabas una sonrisa de lado, la cual era imposible apartar la vista. Pero de algún modo que ahora no se me ocurre ninguna idea de por que pude hacerlo, para mí fue de lo más corriente...