Pasan los días y mientras más pasaban el pequeño dulce príncipe moría lentamente, perdía sus ilusiones su primer amor lo había decepcionado por completo, se sentía traicionado y no tenía en quien creer. Simplemente, había perdido toda fe en el amor.
Él amaba a Marshall Lee con cada partícula de su ser, nada lo hacía olvidar lo, ni siquiera estar en su laboratorio, antes lo atesoraba como una guarida confortable y un refugio donde nadie lo juzgaría, ahora solo a su mirar era un calabozo, una prisión en donde el mismo se obligaba a ahogarse en un inmenso mar de tristeza.
No entendía el por qué su vida se iba tornando de un color tan sombrío, cuando todo iba de un rosa tan brillante como el de su perfecta piel. Todo, todo en su totalidad era perfecto, nunca hubiera pensado que tomaría un giro tan drástico, que fuese capaz de distorsionar su vida de esa manera, simplemente el destino se encargó de joderlo todo, sin permiso previo.
La cordura desaparecía de su cerebro, ya no sabía el significado de esa palabra, no le hallaba más sabor de seguir aquí ¿Para qué? Si el ya no estaba para animarlo y sacarlo de la tediosa rutina que lo encarcelaba, todas aquellas leyes y decretos que debía de dictar y todas aquellas responsabilidades a las que a fuerza tenia que hacerse cargo.
Todas aquellas cosas lo hacían enloquecer y llorar de agonía mientras miraba su felicidad escaparse de sus manos, El no pidió ser un príncipe y mucho menos estar al mando de un reino y tan importante como lo era el pueblo de Ooo.
-. ¡Un día más maldita sea! -. se lamento, el joven príncipe con desespero alborotándose los cabellos los con sus dulces manos mientras lagrimas corrían por sus rostro -. ¿Por qué Marshy, por qué?
Esa pregunta no paraba de resonar en su cabeza, mientras que las lágrimas de a poco empañaban su visión y esas finas gotas brotaban de sus ojos paseándose por sus mejillas hasta sus labios, comprendió lo mal que le hacía seguir llorando por un hombre que no era suyo, no le hacía nada bien lamentarse por un hombre que le había hecho una vasca el corazón; al saborear sus lágrimas se percató de lo amarga que estaba su alma, de lo agria que se había vuelto su dulce esencia, ya no era el mismo niño adorable y tierno que se caracterizaba por recibir la admiración de cualquiera. Lo peor del asunto es que todos se daban cuenta de lo que a su gobernante le pasaba, obviamente no sabían el por qué estaba en depresión total pero si sabían que algo malo estrujaba el alma y su asombro había dejado de existir dentro de sí mismo.
Ya tenía dentro de su prisión (Laboratorio) más de un mes, su cuerpo se deterioraba, estaba en los huesos, no salía para nada de su laboratorio, solo sacaba una mano por la puerta para recibir una bandeja de golosinas debes en cuando, solo si mentita suplicaba lo suficiente como para abrir la puerta y recibir lo que con tanto "aprecio" había preparado. Claro recibía los alimentos pero eso no implicaba comer de ellos, la mayoría si no era que toda sin excepción terminaba en el cubo de basura. Era tan extremo su encierro que no recordaba la última vez que había tomado un baño, su mente había perdido la noción del tiempo.
Se miró al espejo, desabotono la bata de laboratorio y observo su piel, estaba sucio y descuidado tenía unas ojeras enormes de color morado enmarcándole los ojos el color rosa de su tersa piel era casi blanca al igual que su cabello, la falta de azúcar en su organismo lo había hecho una materia incolora y sin sabor, se veía sin chiste, ya no era hermoso como antes, ya no era nada como antes, todo había cambiado en su persona y nada volvería a ser igual.
Aquellos pensamientos que lo asechaban lo habían hecho volver a caer en llanto, las amargas lágrimas eran como asido en su piel, sentía que le quemaban, pero era inevitable no llorar, hasta que un Toc Toc se escuchó en la puerta. Lo cual lo hizo secarse de inmediato.
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Dulce Antología.
FanfictionHola, lectores, espero que mi trabajo les guste. Es bien venida toda clase de critica constructiva así se en que puedo mejorar. Les deseo un bonito día. Gracias por tomarse el tiempo de leer. Puse gran parte de mi creatividad en este fic, siempre p...