¿Veo?
Lo dudo.
No sé dónde estoy.
Estoy en un vacío blanco.
¿O quizá es negro?
No siento nada.
Miro en dirección a mi cuerpo.
No percibo esfuerzo en mi cuello.
No veo mi cuerpo, como si estuviera sumido en la oscuridad más absoluta.
Intento dar un paso.
Mi pie no percibe un suelo, pero mi equilibrio parece indicar un apoyo.
Doy otro paso.
No tengo miedo.
No me angustia.
Sólo recuerdo una imagen.
Sangre brotando de un cuerpo joven.
No siento nada al verlo.
¿Acaso tiene alguna relación conmigo?
Doy otro paso sin motivo aparente.
No tengo curiosidad por este sitio.
¿Avanzo o retrocedo?
Es relativo, supongo.
Doy uno, dos, tres... pasos.
Camino hasta que pierdo la cuenta de mis pasos.
Nada.
No hay nada.
Ni siquiera yo mismo estoy.
Veo un punto.
¿Blanco o negro?
¿Acaso importa?
Me dirijo ahí.
No estoy seguro de por qué.
No me importa.
No me atrae.
No me da miedo.
No sé.
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Punto y A Parte
EspiritualNada, pero almas. Nada, aunque quizá sea todo. Nada, puede que no sea nuevo. Nada, pero almas al fin y al cabo.