Epílogo: Hasta Siempre Juntos.

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Increible, me cortaron la luz y por eso me retrasé un poco en subirles esto .-. (El mundo quiso conspirar contra mí para que no terminara esta historia eue xDD)

Aquí les dejo mi ultimo regalo, el gran desenlace.. acompañado de una imagen para cerrar el telón ^w^ (No creo que les sea dificil adivinar quien es quien lol)

Muchas gracias a todos por haber llegado tan lejos  :3  me alegra desde el fondo saber que les ha gustado esta historia, me inspiraron a seguir y aquí tienen lo que tanto han esperado... ¡Disfruten el final de todo!  Nos leemos en la próxima historia OuO)/

Advertencia: Quedarán con ganas de más tras terminar de leer ( º-º) xD


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Mañana tranquila, radiante y acogedora; el sonido de la pequeña radio en una emisora de canciones relajantes y mañaneras, habían hecho bien al ahorrar en conjunto para comprar aquel aparatico, era reconfortante y animaba el lugar, a parte de distraerles un poco.

Por lo menos para Julián, quien se sentía apaleado mientras abría los ojos, sentado desde una silla en la comodidad del pequeño cuarto que compartía con obviamente cierto castaño.

"Siete de la mañana" pensó mirando el reloj al asomar la cabeza en dirección al pasillo, aun era temprano, pegó un bostezo en lo que se volvía a sentar en su silla, viendo una nota en el calendario pegado a la pared, resaltaba por sus letras grandes y en rojo: 14 de Diciembre, Reunión De La Generación.

Todavía cansado, dejó caer la cabeza contra la mesa del escritorio, escuchó pasos entrando por la puerta, una cabeza se asomó cuidadosamente, contemplando el desorden que el chico tenía en el cuarto –¿Julián?-

-Ah, ¿Dime?-

Girando su vista, todavía cansada, vio a la chica, su amiga y una de sus compañeros de piso, observándole en lo que seria una expresión divertida y nostálgica -¿Quieres un café?-

El pelinegro, parpadeando medianamente exhaló en un suspiro, no podía quedarse dormido –Te lo agradecería Sam-

-Vale- musitó ella –Pero levántate de ahí, o te será peor para despertarte-

Dando un profundo bostezo, Lian se levantó dando pasos flojos y torpes, murmurando varias incoherencias con la cara muerta de sueño –Ya voy...- observó la habitación, era mas pequeña que la recamara que alguna vez tuvo del orfanato, se había acostumbrado tanto a ella la mayor parte de su vida que ahora un cuarto solo con cama, escritorio y armario le parecía tan encerrado como una cabina de baño público, la cama desordenada denotaba cierta idea en él -¿Donde está...?-

Vio la cara de la chica, sonriendo como boba un momento antes de contestarle -Ya se fue a trabajar- Sam trató de sonar gentil, aunque la cara en el chico se mostró exasperada ante su respuesta –Estabas durmiendo como un tronco, oh, y me dijo que..- se acercó a él, dándole un beso en la mejilla a modo de broma, haciendo a Lian parpadear aturdido -...te diera un besito de madrugada, o si no, no puedes concentrarte en todo el día-

-Tarado- cortó Julián tallándose los ojos, dando otro bostezo, haciendo reír a Sam, quien estaba en una pijama de pantalón suave y camisa manga corta simple, casi como él, aunque la diferencia era que Julián tenía un short acompañado de la camisa.

-Buenos días dormilón- habló una tercera voz cuando entraron a la pequeña cocina, pues al pasillo lo conectaba un vago recuadro a modo de sala y ya la cocina estaba pasando la mesa a modo de barra, donde en un banquito, otra chica tomaba un café leyendo el periódico –Te desvelaste toda la noche en tu papeleo... no has cambiado, siempre puntual-

El Orfanato (Yaoi) [ Teminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora