Pasamos a la casa de la señora Maria Cebirea, por lo que pude escuchar de mis primas, todos o al menos yo quede impresionada con la apariencia de la casa por dentro, la sala tenía un toque un poco tenebroso y lúgubre, los sillones con tela un poco vieja y polvosa, una gran alfombra azul que cubría casi toda la sala, los muebles que habían de tener muchos años y los cuadros y las pinturas eran otra cosa que, además de lo lúgubre, también daban un toque sombrío.
—Su amiga paso a el jardín de nuestra casa, mi hija la encontró y la invitó a pasar puesto a que se veía sola, no sabiamos que venia acompañada.
—¿Pero donde es que se encuentra?—Le dije a la señora.
—Debe estar en el comedor, tomando té o comiendo, mi cocinera preparó estofado de calabaza y zarzamoras en leche condensada—respondió la señora de manera amable.
La señora nos condujo hasta el comedor, las sillas de la mesa estaban acomodadas a diferencia de una, en ese mismo espacio había un plato sucio, probablemente de Roxana, la verdad nos preocupo más donde pudiera estar, yo y los demás seguimos buscando, a diferencia de Natalia, Alan y Olivia, que se quedaron en la sala a descansar.
—Que extraño, si no está aquí ni en el piso de arriba tendría que estar en los demás jardines.
—¿Como que en los demás jardines?—Preguntó Frederick cansado y harto de esta situación, al igual que yo.
—Pues verán, esta casa tiene varios jardines...muchos, a decir verdad, en total serán mil un jardines, no son muy grandes la verdad, pero... el terreno equivalente a todos lo es, lo cual quizá dificulte un poco la búsqueda, o no, podrían ayudarlos mis hijos—de repente la señora alzó la voz nombrando a sus hijos—¡Thomas, Helena, Sebastián, bajen.
Ellos bajaron inmediatamente, al llegar su madre les dijo que debían de hacer.
—Bien, entonces nos dividiremos para buscarla, Helena, tu con un grupo, Thomas, tu con otro, yo me quedaré con los restantes—Dijo quien parecía ser Sebastián.
Cada grupo tomó caminos diferentes, nuestro equipo fue el último en salir El primer jardín, unos setos enormes y unas cuantas flores, las "puertas" ambien estaban formadas por setos los cuales llevaban a el siguiente jardin.
—Entonces... ¿Esta casa en serio tiene mil jardines?—Preguntó Celeste desconcertada.
—Mil y un, por supuesto, esta casa tiene muchos años y...últimamente...a pasado por mucho—le respondió.
—*Bien, ¿En cual de estos jardines podría estar Roxana, al menos sabemos si ella sigue en maldito lugar?*—Me susurro Frederick—*Estoy harto de esto, es tedioso*.
—*Lo se, pero no tenemos opción, sabes lo que pasaría si regresamos sin Roxana?*—le conteste.
—*Hmm, no quiero imaginarmelo, prefiero el tedio y el hartazgo a decir verdad*.
Seguimos buscando por media hora más hasta que la encontramos en el jardín de té, leyendo y acariciando a un gato negro.
—¡Roxana!, ¡Te buscamos por horas!—exclamó mi prima Eva con cierta impresión.
—Y aun asi gane el juego.
—Bien, al menos ya podemos regresar a casa, iré a avisar a los demás que la encontramos—dijo mi prima corriendo.
—Pues me temo que aún no podrá, miren como esta el cielo...
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La casa de los mil y un jardines
Misterio / Suspenso-Las apariencias engañan, no debes ni debiste confiar en desconocidos...