Capítulo 19

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(Santiago)

-Zoe, pero que rayos te pasa porque me botas de tu casa, no entiendo nada

-Lo siento pero lo nuestro no llegaría a más, vete de mi casa no quiero verte más, no me busques...

(*)

Que demonios acaba de suceder, zoe me término y me boto como basura, ¡Joder Hasta cuando va a dejar de jugar conmigo! mi conciencia y él poco orgullo que me quedan en su grito de agonía me dicen, que no mire hacia abajo, que ella ya jugo mucho conmigo así que les tome la palabra y llame a Irene

-Hola, hermosa quieres salir a tomar algo

-la mojigata te aburrio, o me extrañaste y la terminaste?

-Me aburrió

- a bueno entonces estas en él lugar correcto, nos vemos en la plaza vale?

-vale no tardes que muero por verte...

(*)

Cuando llegue a la plaza había un par de parejas, yo solo me limite a ignorarlos y a beber la cerveza que llevaba en la mano, a lo lejos vi a la rubia facilona

(...)

La subí a mi moto y la lleve mi casa, cuando llegamos apenas entramos y ella estaba semi desnuda, ya sabrán lo que paso

Necesitaba un arranque como estos, digo para mis adentros...

(zoe)

Soy un maldito desastre, porque no pude pensar antes de decir las cosas, quien sabe en donde este ahora, y todo por mi culpa

Ya le marque cientos de veces pero me manda a buzón, estoy desesperada pero no puedo salir a buscarlo, mañana cuando vaya de camino a la escuela iré a su casa
(...)

Cuando desperté tenia los ojos muy hinchados, de tanto llorar anoche pero hoy tratare de arreglar todo, quiero proponerle algo que le gustara.

Me metí a bañar, me arregle muy linda incluso me peine cosa que casi nunca hago, pero él me había dicho que le gustaba mas mi cabello suelto, salí de casa lo mas apresurada posible, para no llegar tarde a clases y poder pasar a casa de Santiago y charlar con él.

Cuando estaba llegando a su casa tome una bocanada de aire, calme mis nervios y toque él timbre, sabia que siempre esta despierto muy temprano, cuando sentí unos pasos que se acercaban a la puerta me arregle él cabello y cuando abrieron la puerta, mi sangre comenzó a hervir tanto que casi sacaba humo por las orejas, era la maldita oxigenada tenia puesta una camiseta de Santiago, cuando ella me vio puso una sonrisa inmensa, yo solo mire al suelo y le pregunte con la voz un poco cortada que si podía llamar a Santiago, sabía que terminaría llorando pero necesitaba verlo a la cara y que me explicara que es todo este circo

El chico de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora