Me fui a la entrada, no había nadie, me fui a el jardín que había del otro lado de la casa, me senté en una banca que había, mire a mi alrededor había una cabaña chica a unos cuantos metros de donde yo estaba, respire profundamente y me puse a pensar que me esta pasando porque estas sensaciones tan extrañas, primero en el despacho cuando fui a hacerle la entrevista a Alexander, me gusto desde ese momento al sentir su mano estrechando la mía sentí una excitación instantánea y una descarga, y hoy me dan celos el ver como lo besa Rebeca. Me pare de la banca.
-Dios que me esta pasando-susurre y me deje caer al piso agarre mi cabeza con ambas manos y serré mis ojo-. No puede gustarme el.
-Quien no te puede gustar?
Esa voz, alce la vista y Alexander me veía con una sonrisa.
-Alguien-dije acomodándome el cabello detrás de la oreja.
-Que tiene de malo que te guste esa persona?
-Todo, el nunca se fijaría en mi.
-Como sabes, que tal si tu también le gustas.
-Lo dudo-me reí.
-Tan poca fe tienes en ti misma.
-No es eso, el solo se fija en chicas muy hermosas como estrellas de cine o modelos, no creo que se fije en mi.
-Pues estará siego si no lo ase, eres una chica muy hermosa Maine.
-Gracias-me ruborice-. Hmm… me podrías ayudar a pararme es que creo que mis tacones se entierran en el césped.
-Claro-me sonrío, extendió su mano la agarre.
Pero al momento de pararme, el tacón se enterró y me fui asía enfrente chocando contra el torso de él. Puse mi cabeza en su pecho y respire profundo, puse mis manos en su abdomen estaba firme y sentia sus cuadros debajo de mis dedos, me hacer que un poco mas a el, sentí como ponía sus manos en mis caderas. Que bien se sentia estar así de cercas de el. Como se sentiría tocar su abdomen desnudo, sonreí al pensar en eso. Lo observe, me miraba fijamente sus ojos ahora eran de un gris obscuro, que era lo que tenían ¿Deseo?.
Se inclino, me hiva a besar que debo hacer dejo que me bese o me voy, deseaba la primera pero sabia que tenia que hacer la segunda. Roso sus labios en los míos, puse mis manos en su cuello, me beso, abrí mis labios para el, introdujo su lengua, empezó a jugar con la mía, era un beso apasionado, empezó a mover sus manos en círculos sobre mis muslos, me pego completamente a su cuerpo, gemí cuando empecé a sentir como le hiva creciendo su erección, el sentirla me excitaba mas de lo que ya estaba, sentí que el empezó a retroceder y me estaba llevando con el, se paro sus labios de los míos un segundo para abrir la puerta de la cabaña.
Entramos era acogedora y habían tres sillones dos grandes y uno chico, había una habitación, agarro mi mano y me llevo hasta ella, había una enorme cama dosel y barios muebles. Alexander me pego de nuevo a su cuerpo y me beso, este beso era muy diferente al otro, este estaba lleno de lujuria, me devoraba. Puso sus manos en mi espalda y me desabrocho el sierre del vestido. Me lo estaba bajando, cuando di un paso atrás y no deje que me lo terminara de bajar.
-Que pasa?-dijo entrecortadamente y me observo.
-No podemos hacer esto señor Wesley-dije con la voz entrecortada.
-Por que no?
-Por que no esta bien, usted viene con… con Rebeca-me acomode el vestido y como pude me subí el sierre-. Debe regresar con ella no la puede dejar sola es su pareja, además yo ya me voy.
-Vamos señorita Bennett, no pasara nada si la dejo sola por una media hora.
-No puedo en serio, además se darán cuanta de que yo no regreso y usted tampoco.
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Entre dos Hermanos©
Ficción GeneralMaine, es una chica divertida, un día tiene que hacerle una entrevista a un magnate empresario llamado Alexander Wesley, un de los ricos mas guapos de todo Londres, después de la entrevista va a una benéfica, y hay conoce a toda la familia Wesley, s...