Capítulo 3

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No lo entendía, no conseguía entenderlo. Pensaba una y otra vez en ello, pero no conseguía alguna lógica explicación que me ayudara a entender, aunque fuera un poco, el por qué de mi asqueroso destino. Un destino que creo que aún me guarda más y más desgracias.

Estoy harto, harto de todo. Harto de la actitud de mis padres, y harto de las consecuencias de ella. Porque culpa de ellos dos, no he podido disfrutar estos cuatro años de la ESO. Y no las he aprovechado, mentiría si dijera que mis padres no han tenido nada que ver. Aunque yo me empeñe en negarlo, no se puede. Mis padres tienen la culpa y no se le puede hacer nada. No tienen toda la culpa, no son solamente ellos los culpables. La culpa también la tengo yo, por ser un gilipollas que no sabe afrontar sus problemas, y que en vez de eso, se entretiene con la rebeldía.

Voy a estar arrepintiéndome toda la vida, voy a estar con la culpa de ser un cobarde, un temeroso de la realidad. Un chico demasiado metido en historias ficticias, de amor, de alegría. Esas historias que no existen, en realidad. Ni el amor, ni la felicidad... Nada eso es real. Todo es una farsa que se han inventado para que los ciudadanos no enloquezcan de aburrimiento al no saber qué hacer.

Todas esas historias del amor, la felicidad, la alegría de estar junto a tu pareja...

Todo eso es mentira. Se inventó para hacernos felices... No, mentira. No fue para hacernos felices, eso no se tuvo en cuenta. Se inventó para entretenernos, para tener algo que hacer en el día a día. Porque era aburrido hacer siempre lo mismo, ¿no?

Ir a cazar, comer, dormir, hacer ropa...

Era aburrido. Tenían que inventarse algo y rápido.

Pero se equivocaron. Se equivocaron mucho. Se inventaron algo que no hizo más que poner al mundo patas arriba. La gente engañaba, decía estar enamorado y todo era una farsa, los padres decían querer a sus hijos pero en realidad los querían para no perder el apellido en la historia. Engaños fue lo que consiguieron. La gente se aprovechó de eso que fue inventado para una buena causa, para que el mundo fuera mejor, y dejó eso que podría haber sido lo más bonito del mundo, a convertirlo en una terrible pesadilla. Una pesadilla que no te deja en paz, día y noche te persigue, porque estás enamorado de alguien que no te corresponde...

Claro, tampoco pensaron en eso. Ellos lo inventaron, como diciendo: "Se van a enamorar, se juntarán...". Pero no pensaron en si el amor NO era correspondido. Simplemente fueron añadiendo eso al día a día de la gente. Hasta convertirse en lo que es hoy en día.

Una mierda. Eso es lo que es.

Quiero a DUADT como si mi vida dependiera de ello. Como si dejar de pensar en ella fuera pecado. Como si ella supiera todo lo que hago, y por eso tengo que hacerlo bien; para que esté orgullosa de mí y me quiera.

Todo lo que hago, es porque quiero que ella esté orgullosa. Porque en cuanto sepa quién es de una puta vez, poder demostrarle todo lo que he hecho por ella. Por esa persona cual amo, amo más que mi vida y esto es muy literal. No dejo de pensar en ella, sólo vivo por ella. Solamente soporto la actitud de mi padre, porque sé que si me voy le voy a hacer daño aunque no me ame.

Porque en ningún momento me ha dicho que no me quiera, ¿verdad?

Conservo todas las notitas que me ha enviado, y no hay ninguna, absolutamente ninguna, que diga que no me quiere.

Porque aún me quiere.

Yo sólo tengo que hacer que ella vuelva a amarme, tengo que conseguirlo, quiero que vuelva a amarme y hacer que eso que se inventó alguien para entretener a la gente, sea un poco más real. Y cumplir las normas. Las normas del amor, que en principio eran quererse y juntarse.

Pues ahora nos queremos, sólo falta juntarnos. Pero para eso no hay que querer, para eso hay que amar. Hay que sentir una fuerte atracción por la otra persona, que te haga jurar que no te vas a separar de él, que te duela el sólo pensar en eso, y que por esa misma razón pienses solamente en que todo irá bien, que es lo que deseas con todo tu ser y alma.

Y vaya, sí que estoy inspirado...

DUADT, me cambias. Me cambias mucho. Y te amo, te amo tanto que no hay palabras que puedan describir esto tan fuerte que siento. Eres... eres la llave de mi felicidad. Eres un tesoro que debo guardar. Eres muchas metáforas, todas juntas, que forman una perfección llamada DUADT.

¿Y sabes? El día en que llegue a saber quién eres, en que pueda abrazarte, besarte y todo lo que quiero hacerte, seguiré diciéndote DUADT. Ese nombre es un recuerdo que debemos guardar. Y permanecerá en nuestras vidas, para siempre. Hasta que la muerte nos separe.


Marcos | Notas IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora