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Pasamos varios minutos así, en momentos su llanto se hacía más fuerte, en momentos se rompía más mi corazón. Tenía mi chaleco húmedo, pero me importaba un pico, lo tenía en mis brazos, como un pequeño niño desconsolado, me lo había imaginado de muchas maneras junto a mí, en diversas posiciones (ahr que sucio), pero nunca así.

En mi mente iban y venían muchos pensamientos cuestionando que debía hacer con Luke, si ser ese amigo que lo ayuda a superar a su ex con salidas y piscolas, o alejarme, bueno, en ambas opciones yo saldría más lastimado que la cresta, porque no quiero que me tome como un amigo, y creo que es tiempo de hacer entrever eso, yo quiero ser más que su amigo.

Lo tomé de la barbilla, me miró, sus dulces y tristes ojos sobre mí, agaché un poco mi cabeza hacia él, podía sentir su respiración en mi rostro, rocé suavemente mis labios sobre los suyos, no se opuso, al contrario, se incorporó levantando su rostro, acomodó sus manos alrededor de mi cuello.

Éramos solamente los dos al fin, debajo de nuestro pequeño paraíso que era aquella sombría mesa de la biblioteca. Ajusté mis manos en su cintura, un vaivén de besos que se prolongaron por varios minutos, hasta que Luke se detuvo.

–¿Sucede algo?– Pero seguía en silencio. Me acerqué para darle otro beso, se alejó, mirando hacia el suelo, no weí conchetumare.

–No-no quiero que hagas esto por-por lástima– Comenzó a sollozar –Vete.

–¿Me estay webiando?

– Vete...

–NO ME IRÉ, ¿SÁBES POR QUÉ?– Alzó su mirada, nuevas lágrimas recorrían sus mejillas –PORQUE TE QUIERO WEÓN. APENAS TE CONOZCO DE HACE DOS SEMANAS, PERO CON SOLO VERTE NO HACE FALTA SABER NI TU NÚMERO DE CARNET. AHORA, MÍRAME, Y DIME QUE NO TE GUSTO QUE TE BESARA, QUIERO QUE SALGAN ESAS PALABRAS DE TU BOCA, Y LISTO, NO WEO MÁS CONTIGO, PORQUE...– Tomé aire porque parecía que estuviera rapeando. Retomé la conversación, pero ahora más tranquilo –Vamos Luke, es tiempo de ser libre, sin ataduras, sin weonas, pero quiero estar allí también, a tu lado.

–Dé-déjame, por favor– Habló Luke entre sollozos mientras escondía su cabeza entre sus brazos. Lo pensé un poco, el pobre debía estar muy confundido y yo voy y lo beso, la embarré, lo sé, pero también sé que le gustó, por lo que le dejé un último mensaje antes de retirarme.

–Mañana, a las 16:00 hrs, estaré esperándote frente a tu casa, ten listo algo de comer, el viaje será largo– No pronuncié nada más y me fui.

En lo que quedaba de jornada no vi ni la sombra de Luke en el establecimiento, lo más probable es que lo hayan dejado irse, además ya no quise buscarlo, lo podría incomodar, por eso decidí darle un respiro hasta mañana.

Eso sí, cahuines iban y venían de la relación que llevaba el rubio con la Azotea, algunos eran tan absurdos que estuve un buen rato cagándome de la risa con la María y el Jeison mientras nuestros compañeros de sala se debatían por qué se había acabado el pololeo del año.

–¿Por qué tanto weo de encontrarle la quinta pata al gato?, se acabó su relación, ya está– Le pregunté a la María.

–Es que su relación se subestimó caleta acá, eran como los que le daban alimento a la farándula escolar.

–¿Farándula ke?– Qué onda, ahora tenemos una versión de Primer Plano, Intrusos, SQP?

–UnA wEa dONDe cOmenTaBan cAhUineS dEl LiCeO, pErO aHORa Se fUe a La sHuzha cOn eSto– Agregó el Jeison quién se estaba empinando un Kapo.

Cuando terminaron las clases partí a mi casa a comerme una olla de fideos, cuando andaba triste me daba el bajón y todo por la culpa del rubio culiao que me tenía engordando como vaca luego de ese momento en la biblioteca.

Pensé en llamar a la Nachula, hace rato que no sabía de esa maraca. Iba a buscar mi celu y luego me acordé que lo tenía mi vieja.

–mAMAAAAAÁ– la llamé sutilmente mientras me terminaba de comer los fideos.

–¿Qué wea querí que gritai tan fuerte culiao?

–Pásame mi celu

–Anda a lavarte la raja weón, todavía ni se cumple la semana y ya estay pidiendo esa caga.

–Pero mamaaaaá

–Nada de p... -Mi vieja no pudo continuar porque llamaban desde el portón de la casa. Ella bajó a atender mientras yo raspaba la olla, weón aún tenía hambre, debería haber comido los fideos con mayo.

–Mike, ¡es para ti!. –Me gritaba mi vieja desde la entrada.

Iba tan bajoneao que ni me esmeré en limpiar el aceite de mi boca o sacar los fideos restantes de mi polera, pero cuando veo quien estaba en el portón esperándome casi me devuelvo a acicalarme.

Era Luke.




***

HoOOola (ahr se me pegó lo del Jeison)

Corto pero al menos hay beso muke jeje.

Espero que les guste

besos mil besos 

chau



Directo al Cucharón¤[Muke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora