◇Epílogo◇

1.4K 196 131
                                    

Las semanas transcurrieron, nada nuevo.

Le vi pasar tantas veces frente a mí, riendo, charlando nuevamente con todos, recuperando su estatus social, parecía que había superado todo rápido, como si nunca hubiera pasado.

Quise acercarme miles de veces hacia él, volver a abrazarlo, sentir su pecho contra el mío, su respiración agitada cerca de mi boca, que me mirara de esa forma tan suya, ahora, todo eso formaba parte de los recuerdos que debía borrar para dejar de alucinar.

Mis amigos siempre trataban de animarme, carretes a los que me invitaban, infinitos vasos de vino con frutilla, pero nada podía aliviar este dolor, todo causado por un weón, que ahora tenía estampado en su boca el nombre de otra, y se hacían promesas de amor en el mirador.

Hubo noches en las que no podía dormir, las ganas de llamarlo me quitaban el sueño, ansiaba aquello, volver a madrugar conversando, estaba dispuesto a perder mi dignidad por solo unos segundos al habla, pero cuando marqué su número, no contestó.

–Michael por la chucha sale de esa cama. –La Nacha trataba de sacarme de mi nido cada sábado, intentaba animarme lo que más podía junto con la María y el Jeison, pero no había caso.

–MaiKol vAi a SeR TiO. –Apenas escuché eso salté de la cama.

–¿Me están weando?.

–Si culiao, era pa que te levantarai, ahora ven pa'cá que vamos a salir de esta cueva. –Los tres me agarraron y me obligaron a elevar volantines ese día, no miento, estuvo bueno, aunque tenía esperanzas en ser tío.

Pero un día, Luke se me acercó en la biblioteca, mientras yo me ocultaba de la clase de ed. Física, él se sentó al lado mío, estábamos los dos, solos, como nos conocimos en un principio.

Sentí su mano tocar mi brazo, fue como tener un pedazo de cielo, un roce y las esperanzas habían vuelto a mí.

Solo te lo diré una vez... deja de mirarme como psicópata, deja de llamarme, me incomodai weón, comprate una vida y supéralo.

Se retiró fugazmente, dejándome ahogado en dolor nuevamente.

No aguanté.

Me retiré de aquel liceo.

No volví a verlo desde esa jornada en la biblioteca, y parecía efectivo alejarme de él, de a poco lo iba olvidando, olvidando las llamadas de madrugada, los paseos no planeados, las promesas rotas, los besos desenfrenados, el amor que nos dábamos, olvidando lo que fui.




5 años después...



–Estoy muy orgullosa de ti Mikey, ven a darme un abrazo conchetumare. –Nacha corría a darle un abrazo al recién titulado en mecánica automotriz–Te pasaste perrito, lo hiciste y...y... –Esta se puso a llorar de la emoción, recordando los viejos tiempos con su amigo– Todavía me acuerdo cuando llegaste anunciando tu puntaje poblacional weón, igual fuimos a celebrar al bajón.

–Michael, compare. –Ahora era el Jeison quien se acercaba a felicitar al peli teñido por su nuevo logro, ya no ocupaba sus vocablos de flaite, aunque a veces se le iba una que otra tontera– Así se hace hermano, bro, partner, socio, tocayo.

–Ya po, déjenme abrazarlo también. –Por último, María se unió al abrazo– Me imagino que vamos a celebrar ¿no?.

–Tshoa, quien lo diría. –Exclamó Michael riéndo– Ahora eres la reina de los carretes.

Directo al Cucharón¤[Muke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora