Capitulo 1... Yoonmin.

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—Nos vemos mañana —sonreí al cerrar mi casillero, había terminado mi jornada y por eso me despedía de mi mejor amigo, Taehyung.

—De acuerdo —devolvió el gesto, cerrando ligeramente la puertecilla del suyo, observándome colocar la capucha sobre la cabeza mientras él apenas se enfundaba en su sudadera— ¿Te irás así? —cuestionó preocupado, analizándome completamente.

—Sí —me encogí de hombros con simpleza—. No vivo tan lejos, Kim —le recordé. 

No hacía falta que se preocupara por mí.

—Pero está lloviendo, Park —remarcó, mirando hacia la ventana de los vestidores. Era cierto, una fuerte lluvia caía sobre la ciudad—. Está por volverse una tormenta, ¿acaso no viste el reportaje del clima?

— ¡Por supuesto que no! —me sorprendí enseguida, fingiendo estar un poco indignado ¿Quién demonios veía el reporte del clima?. Él sonrió divertido por la broma—. Me extraña que alguien como tú lo vea.

—Bueno, es algo que acostumbro todas las mañanas mientras desayuno —presumió siguiendo el juego, mirando sus uñas de forma cómica. Sonreí. Poco después, de manera natural, le restó importancia al asunto y siguió acomodando sus cosas dentro de aquella gaveta metálica—. Toma —tendió su mano, ofreciéndome un paraguas que sacó de ahí. Lo miré asombrado, no era necesario, no creí que haría algo así por mí—. Vamos, tómalo antes de que se me caiga el brazo —insistió cuando me había quedado ahí, con el ceño fruncido. 

Terminó por obligarme a sostener aquel objeto cerrando su casillero después.

—Sabes que no deberías hacerlo, Kim —dije aún analizando el protector, cuando ya estaba en mi mano.

—Y sabes que deberías ser más precavido, Park —usó el mismo tono que yo, colocándose su mochila en ambos hombros—. Ahora salgamos de aquí, que ya no hay nadie y se ve escalofriante.

Ese día habíamos tenido práctica de baloncesto, pero por una broma entre compañeros de equipo, el entrenador se molestó tanto con nosotros que nos forzó a hacer horas extra de entrenamiento. Ahora era de noche y mi amigo y yo, nos retrasamos más que el resto. Sin duda, la universidad de noche se veía aterradora.

— ¿Qué hay de ti? —cuestioné curioso; no veía que trajera otro paraguas consigo.

—Hoseok vendrá por mí —su sonrisa cuadrada e infantil apareció de inmediato, tan sólo al mencionarlo. Negué con la cabeza, mi amigo estaba tan atolondrado por aquel chico.

— ¿Ya sales con él? —enarqué una ceja, pues llevaban mucho tiempo como amigos y nadie tomaba la iniciativa. Situación desesperante.

—No, pero estoy en eso —su sonrisa se volvió ligeramente pícara y después su mirada viajó a la puerta del edificio, de inmediato levantó un brazo para saludar alegremente, como si ya supiera que estaba ahí desde mucho antes. Dirigí mi mirada a dicho sitio notando al castaño, dueño de los sentimientos de mi amigo, en el marco de la puerta; sonriendo al verlo— ¿Nos acompañas? —ofreció de manera amable 

¡Oh dios no! Me limité a negar con la cabeza.

—Vives en sentido contrario a mi casa... —¡Por suerte!—. No hace falta —frené mis pasos frente a la maquina expendedora de café—. Vayan juntos, no quiero ser mal tercio. Además, necesito un chocolate caliente... —Taehyung sonrió y asintiendo fue hasta donde el otro chico de manera sencilla— ¡Cuídalo bien, Hoseok! ¡Todavía es más mío que tuyo! —grité para hacer sonrojar a ambos chicos.

— ¡Jimin! —gritó un molesto, pero sumamente sonrojado, Taehyung. Solté una carcajada.

Los chicos salieron del campus y yo esperé a que mi chocolate estuviera listo. 

Mala idea. El hecho de traer el vaso en una mano me impedía por completo abrir el paraguas y ya no quería regresar adentro del edificio (donde se veía sumamente aterrador) para dejarlo en alguna superficie alta.

Como pude logré abrir el paraguas y emprendí camino a casa.

Las calles donde pasaba siempre estaban concurridas, todo el día, de las más populares de la ciudad; no obstante, seguramente, gracias a la lluvia, no había ni un alma presente. 

Tan callado, tan frío, perfecto para la escena de una película de terror. Basta. Tomé un sorbo de chocolate para tranquilizar mis nervios y avanzar. No podía suceder nada en plena lluvia ¿cierto?

Seguí caminando tranquilamente, dispuesto a atravesar la avenida. 

Entonces, si tal vez hubiera hecho mi recorrido un poco más rápido, hubiese alcanzado los últimos segundos del indicador para llegar al otro lado. Sin embargo, no pude y tuve que detenerme en la esquina a esperar.

La tienda que estaba a mis espaldas, ya estaba cerrada... pero eso no era importante... lo importante era aquella figura humana, de pie, ahí... debajo del toldo, solo y apoyado a la pared... en una calle tan desértica que no habría testigos si me atacaba.

Claro que podría defenderme si todo se trataba de golpes, pero ¿Si estaba armado? Me asusté y maldije internamente apretando la sombrilla y el vaso entre mis dedos.

Pasaron un par de segundos pero aquel sujetó no se movió, no me atacó, no me apuñaló... no nada... giré la cabeza lentamente para observarlo.

Era un chico... bastante joven, aunque quizá un par de años mayor. Dios, en mi vida había visto una piel tan blanca como la suya o a alguien tan atractivo por estos lugares ¡Jimin, contrólate! Sus facciones eran buenas, sin embargo, no podía verlas bien; el chico estaba apoyado de espalda a la pared, con las manos en los bolsillos, cabizbajo... con una gorra cubriéndole la mitad del rostro y que, seguramente, le impedía ver más allá de sus pies.

Contemplé pequeñas gotas de agua resbalar por sus mejillas... y al mirar nuevamente a aquel toldo que lo cubría, supe que no se trataba de la lluvia...

10... 9... 8... el indicador sonaba y marcaba los segundos necesarios para permitir el paso a los peatones. Vamos, Jimin... camina... ¿por qué no puedes?

Uno de mis pies bajó de la acera pero un peso mucho más fuerte, no me permitió avanzar más allá. 

El chico está muriendo de frío.

— ¿Estás bien? —me miré frente a aquel desconocido, protegiéndolo de la lluvia.







A Rainy Night -Yoonmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora