Capitulo 6... Yoonmin...

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Sus labios besaban delicadamente mi cuello...

Mis manos estaban sobre sus hombros pero no sabía si era para detenerlo o para mantenerlo cerca de mí, pues esas acciones hacían erizar mi piel.

Sus manos sujetaban mis caderas, estaba sentado frente a mí todavía y al parecer le gustaba como reaccionaba mi cuerpo; ya que cuando metió una mano debajo de mi camiseta, temblé ligeramente, un ligero escalofrio; suficiente para verle sonreír sobre mi hombro, el que posteriormente mordisqueó un poco.

Su sudadera ya no estaba, mi camiseta desapareció y el contacto de sus brazos fríos alrededor de mi cuerpo, me hacía estremecer.

Sus labios fueron ascendiendo por la yugular hasta mi oreja, donde su respiración un tanto alterada aceleró el pulso de mi corazón, reventando en mis oídos.

Se atrevió a succionar mi lóbulo con suavidad, sacándome un suspiro.

Oh... sí...

Cuando volvió a besarme, lo hizo con mucha más intensidad mientras jugaba con la orilla de mis pantalones.

Me volví un poco atrevido y le quité la camiseta para dejarlo en las mismas condiciones. Me sonrojé, de hecho, seguía sonrojado y me sorprendía mucho lo tímido que me estaba comportando con este chico.

No era mi primera vez, sin embargo, estaba calentándome en exceso como nadie antes.

—Uh... —jadeé sobre sus labios, cuando su mano opacó mi miembro por encima de la ropa interior— hum... —mordí mi par inferior cuando comenzó a estimularme lentamente.

Se separó un poco para verme con una sonrisa traviesa mientras mi labio fue secuestrado entre su blanca dentadura.

Mis dedos se apretaron sobre sus hombros cuando aprovechó el elástico de mis bóxer, para torturar mi miembro con un pequeño azote. Una corriente eléctrica me carcomió.

—Te gusta ¿cierto? —ese tono gutural tan cerca de mi tímpano, hizo que cerrara los ojos. Estaba masturbándome con su mano mientras yo, con toda mi fuerza, intentaba no ser ruidoso y apretaba mi boca. Por alguna razón, no quería demostrar cuanto me gustaba lo que hacía— ¿Has estado con un chico antes? —cuestionó con cuidado, contemplándome con esos orbes profundos, deslizando mi ropa por el largo de mis piernas, tocándolas de una manera que me enrojeció más.

Asentí ligeramente mientras lo veía tan distinto ahora a la perspectiva de mis ojos. Se siente bien..

—Entonces ésto será más fácil... —sonrió mordiendo su labio inferior de una forma tan indecorosa.

Sus manos me abrieron las piernas, lentamente, dando espacio para que él se acomodara entre ellas. Se inclinó sobre mí, derribándome sobre el sofá, besándome nuevamente. Empezaba a adorar el sabor de sus labios. Aunque éso, lo hizo únicamente para alcanzar un cojín por encima de mi cabeza, la cual posteriormente esponjaría y acomodaría debajo de mi cadera para levantar un poco más mi trasero.

—Mira tus piernas... me gustan —las acarició con fervor terminando en la zona de la entrepierna, moviendo sus pulgares en círculos ahí. Jadeé con más intensidad.

De pronto, sentí su lengua rodear mi pequeño, rosado y expuesto pezón. Su boca caliente cubriéndolo. El primer gemido salió de mis labios aunque mis dedos apretaron la tapicería cuando su mano se encargó de mi ya erguido pene.

Le gustaba jugar conmigo, porque su lengua recorría con habilidad cada zona sensible de mis pectorales y él parecía disfrutar de mis gestos.

—¡Ah!... ¡yo!... —el placer estaba nublando mis pensamientos por completo. Ni siquiera sabía cómo era que habíamos llegado a hacer ésto.

—No hables —me indicó por encima de sus pestañas, con una autoridad que me encantó. Algo está mal... no obstante, su boca ahora sobre mis testículos arqueó mi cuerpo bruscamente.

— ¡Oh!... ¡oh!.... —mis gemidos aumentaron, fueron más constantes y su forma de lamer estaba matándome— ¡Maldición! —apreté los ojos cerrando un poco las piernas, estaba a punto de llegar.

—No las cierres —volvió a abrir mis rodillas, avergonzándome. Me sentía tan vulnerable—. No dejas que tu hyung te disfrute plenamente.

Fue entonces cuando me di cuenta que ni siquiera sabía el nombre de aquel desconocido. No puedo estar haciéndolo con un desconocido. 

Intenté retractarme hasta que un dedo se deslizó dentro de mi, retorciéndome... haciéndome delirar.

— ¡Hyung! —grité, entonces comencé a llamarlo así— ¡Hyung!... ¡Hyung!

Estaba chupándome, podía verlo tratarme como a una paleta... estaba penetrándome también, con sus largos dedos, insistiendo en aquel punto que me enloquecía. Se tomaba el tiempo de prepararme, de causarme un nerviosismo placentero por la anticipación. 

—Quiero... Estoy a... punto... Yo-... —el cosquilleo en mi vientre me advertía que llegaría al orgasmo si él seguía así— ¡H-hy... hyung! —entonces... se detuvo de pronto. En seco.

Me estremecí. No podía detenerse justo cuando estaba a punto de llegar.

Por inercia volví a cerrarme, estaba muy excitado y débil. Él mayor chasqueó la lengua, jalando mis piernas rápidamente para enredarlas alrededor de su cadera y atraerme tan cerca de su erección que me sorprendí.

—Te dije que no cerraras las piernas —remarcó, poniéndome en posición y penetrándome de un sólo movimiento.

Agresivo. Cerré los ojos con fuerza soltando un pequeño grito. No dolió tanto, me había preparado, pero si fue algo bruto.

Dejé que mi cuerpo se acostumbrara al intruso, e incluso el chico de cabello pastel se había acercado mucho nuevamente, con el ceño ligeramente fruncido, como si se estuviera acostumbrando a lo estrecho que debía ser mi cuerpo.

—Estre...cho... —murmuró sobre mis labios con sensualidad.

—Oh... hyung.

Y sin que pudiera evitarlo, había llegado a un orgasmo explosivo. Tensándome entero, sintiéndolo aún dentro de mí.


A Rainy Night -Yoonmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora