Hemos llegado a casa, es grande, color escarlata, es hermosa. Talvez todo seguirá bien y tendremos una vida buena. Hoy cumplo años, ya tendré 17 años y no tengo ni novia.
Entramos a la casa, era enorme, la sala era inmensa, tenia adornos hermosos. Elegí mi habitación, me molaba mucho porque tenia una gran ventana que daba una viste, ¡que madre mía!, daba gusto.
-Madre, ¿conoces a alguna persona? No voy a ser respetado acá madre.- le dije medio molesto, en España era muy conocido en la escuela y aqui no creía serlo.
-Claro hijo, acabo de presentarme con la vecina, vale que ha sido muy amable.- me dijo confiada.
En mi cabeza lo único que pasaba era confusión. - Descansaré un poco, talvez asi se me relaje la mente- pensé con esperanza a cambiar de parecer.
Vale, antes de entrar a la casa vi a una tia muy guapa, creo que era la hija de la vecina.
La veía con facilidad por la ventana, maquillandose y peinando su hermoso, negro y largo cabello.
Ella era morena, no mucho. Era hermosa, no pensé que en Costa Rica hubieran tias tan hermosas.
Pero, ¿que estaba sintiendo? Sentía como algo revolverse en mi estómago, talvez estaba enfermo.
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Con un solo suspiro
RomantizmSebastián, un adolescente español de 17 años que se ha tenido que mudar a Costa Rica por motivo de una separación familiar, el joven trata de amoldarse a su nuevo hogar sin saber que se iba a llevar una gran e inesperada situación. Conoce a la mujer...