x

2 1 0
                                    

Genial, no llevamos ni una semana y y estoy estropeándolo todo.

Jacob me acompaña a casa, está bastante callado durante el camino y no ha tenido ni la más mínima intención en coger mi mano.

Soy idiota, ¿para qué diré nada? ¿No podré mantenerme callada? Soy un desastre y lo peor es que lo sé.

Llegamos al jardín y cuando me dirijo a la puerta, sin despedirme además, Jacob coge mi mano haciéndome girar quedando frente a él.

Me da un beso y acaricia mi mejilla.

+ No pensabas irte sin despedirte, ¿no?

- Quien sabe - digo riendo.

Me he reído y me siento un poco mejor. Pero aún así, algo en mí sigue culpándome de todo.

Jacob suelta mi mano alejándose.

+ Buenas noches.

Sonrío mirando al suelo y mordiendo mi labio suavemente.

+ Mia. - oigo de repente.

Aparece Jack.

- ¿Qué quieres ahora?

+ Solo hablar, tranquila. - dice sonriendo.

- Mira Jack no sé en que idioma explicártelo.

+ En ninguno. No quiero que me expliques nada.
Mia ese tío te va a hacer daño.

Esa frase era lo que menos necesitaba oír hoy.
Y lo peor, es que tiene razón. Todo el mundo acaba haciéndome daño, hasta yo misma.

Siento un dolor en mi interior, pero no siento que algo se rompe, sino que se profundiza.
Este dolor ya lo he sentido muchas veces, pero cada vez es más intenso.

+ Yo no lo haré.

- Jack, ¿por qué haces esto?

+ Porque me gustas. Y la idea de dejarte pasar no me gusta.

Estoy confusa. No sé que hacer ni que pensar.

- Déjame pensar.

+ ¿Cuánto tiempo?

- El suficiente para aclararme.

Entro en casa sin mirar a Jack y sin despedirme. Subo las escaleras y empiezo a llorar, entro al baño y me miro en el espejo. Desearía romperlo.
No me gusta lo que veo y mi paciencia se acaba, solo quiero cambiar esto.

Cierro la puerta y me pongo frente a la taza del baño. Estoy tan cansada que lo hago, me da igual las consecuencias.
Además lo repito varias veces.

Me siento débil pero siento que tengo lo que merezco.
Al otro lado de la puerta se oyen golpes.
Es mamá...

+ Mia abre la puerta, cariño por favor no hagas esto, no te hagas más daño

Parece que está llorando...
Pero no puedo abrir la puerta, no puedo volver a ese sitio.

No puedo parar de vomitar, siento que así lograré lo que quiero.

La puerta se rompe, entre mamá y papá han podido con ella.

Mis ojos cada vez sueltan más lagrimas.
No quiero saber lo que pasará después de esto.

Mi madre corre hacia el rincón en el que estoy. Ellos me levantan y por primera vez no dicen nada, solo se miran entre ellos y mamá llora.

Historia sin títuloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora