Deseo que tú también te encuentres, aunque sea la mitad de bien de lo que yo estoy y deseo que algún día sea verdad todo lo anterior...
Por cierto, solo déjame contarte algo más:
Ha pasado tan poco desde tu partida que obviamente aún me cuesta, me duele y me quema por dentro saber que te has ido. Me encuentro sorprendida sí, pero de darme cuenta lo fuerte que puedo llegar a ser para continuar con mi vida como si nada pasara y la verdad es que por dentro, todo pasa. Hago esfuerzos sobrehumanos para no llorar a cada hora, a cada instante, cuando veo a una pareja caminar agarrados de la mano por la calle, cuando escucho tu nombre, alguna fecha, algún lugar o alguna canción y los recuerdos vienen a mi mente. Y es que creamos tantas historias juntos que es imposible sólo borrarlas y deshacerse de ellas. No sé cómo tú lo logras, no sé si lo has logrado.
Y en vez de llorar, me trago esas lágrimas y sonrío. Levanto la cara y continuo mi vida sabiendo que ya no estás en ella, sabiendo que ya no recibiré un mensaje tuyo, que ya no llegarás con flores y me sorprenderás con tus detalles, sabiendo que todo llegó a su final. Y es que, ¿qué caso tiene sentarme sólo a llorar?
Feliz Navidad