Empieza en el parque y terminé en la cama.

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Entonces, usted y yo nos veíamos en el parque, pero era el parque viejo antes de que pusieran las verjas y todo eso, estabamos platicando, vos reías mucho, te divertía con lo que te decía y me acariciabas el pelo.

Luego de mucho platicar yo te dije que te deseaba, que deseaba hacer el amor con vos, y vos me dijiste, estoy harta de hacer el sexo, la verdad no me gusta, y yo te dije, yo no quiero hacerte el sexo, quiero que hagamos el amor.

Seguimos hablando un rato más, yo intentando convencerte y vos reusandote pero dandome animos a la vez, finalmente me acerqué a tu rostro, tomé firmemente tu quijada para que no te movieras, vos te resistías, pero pude más yo y te besé, un beso profundo, largo y muy sentido (te juro que lo sentí real)
Luego me alejé un poco de vos, para poder verte y saber cual era la expresión de tu rostro, y me dió tristeza, estabas llorando, y decías no debiste haacerlo, y yo te pedí perdón, te dije que lo lamentaba mucho, que debí saber que no querías, y vos me dijiste, claro que quería, pero no debiste.

Entonces te pregunté porque si querías que te besara, porque llorabas y me dijiste que porque te hacía daño, porque te lastimaba, porque cada vez que yo volvía a tu vida te descontrolaba, que yo era egoísta porque soy feliz y no te dejaba a vos ser feliz, porque siempre volvía a vos.

Y entonces, nuevamente te besé, ésta vez fue distinto, fue con más sentimiento, pero menos apasionado, y te pedí perdón porque no sabía que te hacia daño, y me dijiste olvidalo, ya pasó y volvimos a hablar.

Luego de una plática, a la que no le hallé sentido, te dije que nos fueramos, que quería hablar con vos en un lugar más privado, y nos fuimos, caminamos por el barrio hasta llegar a la casa donde vivía antes, no había nadie, todos habían salido, y entramos a un cuarto, que en realidad no existe, y nos sentamos en la cama, te abracé, como solo a vos te he abrazado, y acaricie tu rostro, y te dije que te quería mucho, que eras la persona que más me importa en ésta vida y que solo quería tu felicidad, entonces me dijiste que también me querías, y que igual, querías verme feliz, y luego, pues pasaron otras cosas en esa cama.

Bueno, luego que dijiste que igual querías verme feliz, me volví a inclinar hacia tus labios para besarlos, pensé que apartarías la cara pero no lo hiciste, de hecho, esperaste por mis labios, con la boca semiabierta, podía sentir tu respiración en mi rostro mientras me acercaba, hasta que te besé, pero esta vez, vos también me besaste, y me acercabas a ti cada vez más, me jalabas hacia a vos, y yo te abrazaba, acercándote a mi.

Estabamos besándonos y acariciandonos acostados en la cama, luego yo me levanté, y empecé a desvestirte, primero te quite la blusa que andabas, poco a poco, mientras la subía iba besando cada parte de tu piel descubierta, empezando por tu vientre, subiendo hasta por debajo de tus pechos, al momento de llegar ahí, saque por completo tu blusa y quedaste solo en bra, te lo quite casi de inmediato y empecé a acariciar tu seno derecho con mi mano izquierda y a besar tu seno izquierdo, chupando y mordiendo suavemente el pezón.

Escuchaba tus jadeos de excitación, lo cual a la vez me excitaba a mi, seguía besando tu seno izquierdo, pero mis manos bajaron para deshacerse de tu pantalón, lo desabroché, te lo quite y me alejé lo suficiente como para ver tu precioso cuerpo, esta vez sin nada arriba y solo con un blumer abajo, y con tu rostro rosado mordiendo tu labio inferior, lo cual me excitó tanto que dejé de verte y fui a besarte muy alocadamente, mientras con mi mano derecha acariciaba tu sexo por sobre el blumer, pero me dijiste que metiera la mano, porque te lastimaba la tela, así que lo hice, y fue delicioso sentir tu sexo húmedo entre mis dedos.

Mientras tocaba tu sexo dejé de besarte y levanté la vista nuevamente a tu rostro, para ver si te gustaba lo que hacía, y tenías los ojos cerrados, la boca abierta y jadeando suavemente mientras arqueabas tu espalda y tu misma tocabas uno de tus pechos, entonces finalmente pensé que era el momento de penetrar en vos.

Me dispusé ha hacerlo, bajé hasta tus caderas, las cuales sujete firmemente, pero al ver tus piernas me dieron ganas de besarlas, lo cual hice, pose mis labios sobre la parte interna de ellas, cada que besaba, chupaba levemente y rosaba mi lengua, y subí así hasta llegar a tu sexo, el cual aún muy mojado empecé a besar, rosando con mi lengua ese lugar que esta exactamente sobre la entrada de tu vagina, que estaba muy rojo y durito y lo lamí, y lo chupe, y cada vez jadeabas más y arquebas tu espalda y movías tu cadera.

No pude soportar más, sostuve mi duro sexo en una de mis manos y me acerqué a vos, penetrando suavemente, sentía como entraba en vos, sentía tu calor en mi sexo y escuchaba tus gemidos, finalmente cuando entré empecé a moverme, como es lógico, de atrás hacia adelante, primero lentamente y luego más rápido.

En todo éste proceso vos estabas abajo, pero por alguna extraña razón, no sé si porque no te lo hacía bien o porque estabas muy excitada, te subiste en mi y fuistes vos quien empezó a moverse, te juro, aún tengo esa imagen en mi mente, vos, desnuda sobre mi, mientras acaricio tus pezones y tu moviéndote rápido y de formas que no sabía que eras capaz, y terminé dentro de ti, en esa cama.

Sueños HúmedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora