El Demonio del Hospital y El Cirujano de la Muerte[One Piece] (trafalgarLawx __)

CAPÍTULO 15

CAPÍTULO 15 ¿libertad?

Como cualquier otra mañana todo transcurría con normalidad. El sol amenazaba con salir pero como todas las mañana era vencido por las nubes, por muy alto que subiera él ya era vencido. En las carreteras escarchadas pasaban los coches conducidos por personas ajetreadas, los autobuses llevaban a los niños o adolescentes hacia sus respectivos centros educativos, las personas que andaban abrigadas a mas no poder, con los dientes tiritando al igual que todo su cuerpo, posiblemente, con los labios morados caminando hacia los lugares a los que tenían que ir. Simplemente todo transcurría normal, la misma monotonía que todo el mundo seguía. La rutina de todos los días para todas las personas, incluso para las personas que lo han pasado mal. Todos siguen las mismas pautas en las mañanas, tardes, noches; los humanos, aunque sea sin pensarlo, entramos en una cárcel de rutina qué tarde o temprano se convierte en nuestro hogar crispandonos de toda libertad.

La rutina o monotonía dicen que consume, que cansa... aunque realmente no entiendo la razón por la cual algo qué es hogareño como lo es la rutina diaria te puede llegar a destruir. Por ejemplo, está rutina que llevo desde que entré a este hospital me gusta; no me malinterpretéis no me gusta estar en el hospital, no me gusta estar encerrada... la verdad es que lo que creo que me gusta es la monotonía que llevo gracias a Trafalgar... Jamas me gustaría estar encerrada, ¡nunca! Pero si tengo que estar encerrada en el hospital por mi propia salud me alegro de que sea con este doctor.

Es muchísimo mejor qué otros que me han tratado, por poner el nombre a lo que me hacían, porque lo que hacían no era ayudarme era otras cosas como dejarme de lado solo por el hecho de haber nacido aún cuando me estaba muriendo de dolor porque unos ignorantes me había apalizado... pero bueno, al fin y al cabo asi es la ignorancia ¿no?

A lo que me refiero con que me gustaba la monotonía que estaba llevando gracias a Trafalgar, es a que estas últimas semanas las había pasado en una habitación de hospital si, podían haber sido horribles como todas esas veces en las que me había quedado atrapada en estas cuatro paredes pero gracias a este doctor ojeroso no fue tan horrible como pensé... creía que sería como todas esas veces pero fue diferente, mejor dicho... es diferente.

Simplemente es difícil de explicar pero no así me gusta estar en este lugar, aunque me tenga que inyectar... algo, vete tú a saber qué, porque no lo sé muy bien, yo no soy de la doctora... pero aquello que me inyectan, alguien que no es más ni menos que Trafalgar,- porque si hubiera sido otra persona hubiera dicho que no, llamarme cabezota, desconfiada o lo que queráis pero no puedo confiar en ninguna persona de este hospital... mucho que confío en este doctor- me ayuda a mejorar y es la primera vez que alguien quiere que mi salud mejore en lugar de lo contrario...

Estos pensamientos invadían la mente de ______ se enredaba entre sus propias divagaciones, intentando entender porque no le parecía tan horrible estar encerrada en ese lugar la única razón que se le ocurría era que en esas últimas semanas había sido relativamente feliz porque casi todos los días que podían venir visitas Luffy y sus amigos venían a hablar de lo que fuera y se quedaban hasta que una de dos o eran echados o se acababa la hora de visita, pero la razón por la cual era relativamente feliz se podría resumir en Trafalgar, aquel doctor ojeroso que parecía tener un síndrome de acosador o era demasiado buena persona y por ello ayudaba tanto a ______.

"______ !", gritaron su nombre mientras abrían la puerta de aquella habitación a lo que la chica que se encontraba tumbada en la cama mientras escuchaba música, aunque estuviera más sumida en sus pensamientos, giró la cabeza.

"¿Que?", respondió secamente sin quitarse los cascos y observando a aquel hombre con la bata de doctor y una sonrisa ladina en la cara parándose el sus penetrantes y profundos ojos, los cuales escondían un pasado que era indescifrable para cualquier persona que no le conociera y una de esas personas era la que estaba tumbada en la cama.