2 Capítulo: Sonrisas robadas

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Ellie

Estaba en la casa de los Williams, ya que se celebraría la unión entre las compañías de mi padre y el señor williams, además era una especie de fiesta de bienvenida para Caleb y Josh que regresaban de su primer año de universidad. Y con semejantes eventos mis padres me habían obligado a vestir un vestido negro muy pegado a mi cuerpo.

Cuando llegó el momento de entrar a la casa de los Williams, estaba tan nerviosa que tropezaba cada dos por tres con mis propios pies y decir que mi estómago tenía vida propia es decir poco. — Creo que no comeré nada esta noche — murmuré para mí mientras entraba a la casa contigua.

Mis padres estaban saludando a la sra. Williams por lo que me quede a unos pasos de ellos esperando saludar a la anfitriona, cuando escuche ruidos provenientes desde la planta de arriba, mi cuerpo se tensó en respuesta a esa inconfundiblemente sexy risa, señoras y señores después de un año de no verlo y cuatro años de no hablarle, les presento al mismísimo Dios griego llamado Caleb Williams. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca de nosotros, su madre pronunció su nombre, generando que todos en la habitación mirasen a los recién llegados, todos menos yo. Estaba estática y mi corazón latía a mil por hora.

Desde que escuche su voz entre en un debate interior con mi conciencia.

— Elie querida pensé que lo habías superado— me decía mi pequeña y pecaminosa conciencia en forma burlona. — Mira cómo reacciona tu corazoncito. ten cuidado querida, te puede dar un infarto con solo su risa y eso que no has visto lo que se esconde detrás de esa ropa. — tener una conciencia no ayuda en situaciones como esta.

Cuando Caleb se acercó a su madre y por consiguiente a mi, no pensé que me sonreiría, hasta me ha saludado pero no he entendido nada porque solo veía como movía esos sensuales labios.

— Deberías dejar de mirar mis labios— río Caleb, y lo único que pude hacer fue huir hacia el comedor donde se empezaban a congregar los demás invitados. Pero eso no me salvó de ser observada por él y la verdad es que me confunde ese cambio con respecto a nuestra relación, porque veamos en su último año de secundaria me ignoró como todo un campeón olímpico.

La cena transcurrió con miradas de Caleb ya que estaba sentado a mi lado, no podía ni siquiera suspirar frustrada porque él me oiría. Así que cuando acabe salí detrás de Chris que me llevó según a él a despejar mi mente. No sabía cómo había aprendido a leerme tan bien.

Luego de hablar con Chris del nuevo departamento de Caleb en la ciudad, la habitación en el campus donde nos instalaremos Amy y yo por nuestro primer año en la universidad y de cómo el pronto asumiría el control de los negocios familiares en la ciudad. Se pasó la velada y tuvimos que volver al salón donde se encontraba un somnoliento Josh junto a su hermana pequeña Isabella que no paraba de contarle lo hermoso que había sido su primer año en el jardín. Yo era la niñera de Bell cuando sus papás trabajaban, así que cuando me vio perdió cualquier interés en Josh y saltó hacia mis brazos que ya los había extendido para atraparla.

— Hola, pequeña Bell. — Le sonreí a Josh y comencé a jugar con la niña, luego de jugar un rato, descubrí que era mirada por los tres hombres que comandaban mi vida; Josh se encontraba charlando de Amy, mi mejor amiga y novia de Josh por tres años y medio, Chris le seguía el juego y le preguntaba qué cuando se casarían, mientras que Caleb simplemente miraba como jugábamos Bell y yo en el piso, asintiendo cuando Chris o Josh golpeaban su costado para que prestara atención.

—¿Que se supone que me está viendo? — Le pregunté a Bell, pero la niña de apenas unos 6 años ni me entendió lo que dije.

Cuando iba a enfrentarlo del porque sus miradas durante la velada, Mis padres empezaron a despedirse de los invitados y de los padres de Caleb, y cuando llegó el turno de los hermanos y Josh, me di cuenta que mi padre estaba más que tomado y mi madre estaba tan alegre con la visita de los chicos que los abrazo y los beso como si no hubiera un mañana.

Y pensé que mi noche seria tranquila y pasaría desapercibida. Vaya nochecita que me espera en casa.






Tiempo de una dulce venganza - Caleb (Reinventando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora