Esa no había sido una buena semana para Liam. La mañana del jueves se había levantado en una cama de hospital.
Él se tardó unos segundos en recordar porque estaba allí. Varios días antes su padre le había dicho que estaba muy delgado, entonces Liam se tocó su estómago y en ese momento lo sintió; sus huesos se podían sentir firmemente bajo su piel.
Liam había comenzado a entender varias cosas esa última semana, como que él no estaba haciendo una dieta sino que se estaba enfermando así mismo, y que lo que veía en el espejo no era la realidad.
Había tratado de comer, le pidió a su madre que le cocinara miles de cosas, lastimosamente su estómago no había logrado retener nada y terminaba vomitandolo todo. Él se pasó los últimos días llorando por eso.
La puerta de la habitación se abrió y por ella entró su madre, ojos rojos y cansados. Liam se sintió muy culpable al verla así, sabía que había estado llorando.
"Liam, bebé, ¿como te sientes?"
Él chico inhalo antes de contestar, sólo hacer esto le dolió. Podía mentir diciendo que estaba bien, pero no lo hizo porque la falsa felicidad igual seguiría siendo la peor tristeza.
"Mal, mami. No puedo respirar bien y me duelen los huesos." Su voz rasposa y forzada.
Su madre se tapó la boca con una mano y comenzó a sollozar.
"Mi amor." Ella se acercó hasta acariciar la mano de su niño, se sintió temblar cuando descubrió lo fría y marchita que estaba su piel. "Liam, cariño, ¿sabes por qué estás aquí?"
Y él la miró a los ojos por varios segundos antes de contestar.
"Porque tengo anorexia."
Katie comenzó a llorar.
"¿Lo sabías?" Liam asintió con la cabeza, sintiéndose aún más culpable.
"Yo me di cuenta hace poco, traté de volver a comer pero todo salía de vuelta." dijo.
Lágrimas se deslizaban por las mejillas de la mujer.
"Aun no es tarde, amor. Trabajaremos en eso, te lo prometo."
Liam se sintió terrible por su madre, la cosa más horrible del mundo es ver a la mujer que te dio la vida llorar por tu culpa. Una enferma con un doctor entraron cuando él iba a pedirle perdón a su madre, la enfermera se la llevó dejándolo solo con el doctor.
"Hola, Liam." El doctor le sonrió amablemente. "¿Qué tal te encuentras?"
"Bien, gracias." murmuró.
"Liam, iré al grano" El hombre dijo. "Sufriste un fuerte colapso debido a que prácticamente tu cuerpo no recibe nutrientes para sobrevivir" explicó. "Tienes mucha suerte de haber despertado, casi nunca lo hacen. ¿Cuando fue la última vez que comiste, hijo?"
Liam se relamio los labios, se sentía asfixiado, su mente no podía maquinar con claridad.
"No lo sé." Respondió, él no estaba mintiendo, no podía recordar nada en esos momentos.
El doctor asintió con los labios fruncidos, arregló sus lentes de aumento y dijo:
"Pues verás, hemos tenido que suministrarte nutrientes por medio de suero, pero como esto realmente no es suficiente, y yo sé que la anorexia es una enfermedad mortal, casi un laberinto sin salida, te brindaremos ayuda en un centro de rehabilitación afiliado al hospital. Nos encargaremos de que los gastos sean lo más económicos posibles."
Él musitó un bajo "Gracias" y dejó que el doctor se marchara a arreglar los detalles con su madre.
Liam se sentía muy cansado, sus ojos se cerraban solos y su garganta ardía como si hubiese tomado ácido, pero tenía un poco de miedo a dormirse y nunca volver a despertar.
Su rostro se iluminó notablemente cuando vio a Zayn entrar a la habitación, tenía el cabello despeinado y los ojos tristes. Al ver esto se sintió culpable nuevamente.
El moreno caminó lentamente hasta llegar a su lado, rodó una silla y al instante que se sentó tomó su mano. Liam hizo el intento de sonreír, sólo le salió una mueca.
"¿Has dormido?" Preguntó con un poco de dificultad. Zayn se tomó su tiempo para contestar y finalmente negó con la cabeza.
"Sólo ha sido una noche. No te preocupes." Y Liam quiso golpearse a sí mismo por haberle traído tantos problemas a todos.
"Ve y duerme un poco."
Pero Zayn volvió a negar con la cabeza.
"Estoy bien." Dijo. "Quiero estar contigo, por favor. Tú no te fuiste aquella vez a pesar de que yo no te deje entrar en ningún momento."
Liam no volvió a insistir, respiraba muy fuertemente, él quiso disculparse con Zayn porque este seguramente estaba escuchando lo pesado que le estaba siendo mantenerse con vida. No lo hizo porque se quedo concentrado en la manera en la que su pequeño Zayn jugaba con los dedos de sus manos entrelazadas.
"No tienes que cuidar de mí." Él habló después de un rato de silencio.
"No estoy cuidando de ti" Zayn dijo. "Me estoy rompiendo contigo."
"¿Por qué?"
"Porque te quiero."
Liam sintió su corazón golpear contra su pecho, sonrió un poco con los labios sellados.
"No, no lo haces." Bromeó.
"Sí que lo hago." Zayn aseguró para luego suspirar largamente.
"Yo también te quiero." Él dijo.
Entonces algo paso, los ojos de Zayn comenzaron a volverse cristalinos, alarmando al castaño.
"No quiero que me dejes, Liam, maldición" el moreno comenzó a sollozar, Liam se sentó en la cama a pesar de que el dolor que sintió al hacerlo fue monumental, sin embargo, ver a Zayn de aquella manera era muchísimo peor que sentir sus huesos romperse. "Me he enamorado de ti, no puedes dejarme."
Él abrazó por los hombres al chico, Zayn aferrándose a su cintura.
"Hey, bebé, tranquilo. Todo va a estar bien, vas a ver."
Zayn alzó la cabeza y lo miró.
"¿De verdad lo crees?"
"Por supuesto. Saldré de esta." Liam le dio la sonrisa más radiante que pudo en ese estado, Zayn le correspondió al instante.
"Saldremos de esta." Dijo.
Liam fue internado días después en el centro de rehabilitación 'Rostros Felices'.
☹
Lo que sigue de esto es él epílogo ): x
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happy faces ☹ ziam
FanfictionEl típico cliché de los rotos adolescentes que encuentran su felicidad el uno en el otro. ©whothellisbucky