♡Daddy's Boy♡

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-5 años despues-

-Papi- Kellin buscaba a su papá por la casa- ¿Papi? ¿Dónde estas?

Estaba desesperado, llegaría tarde a su primer dia en la escuela secundaria y su papá ¡ni sus luces!

Kellin pensó que tal vez aún estaba durmiendo así que fue a su habitación.

-Papi, ¿Estás aquí?- asomó su cara por la puerta y en efecto; su papá estaba dormido. La sabana cubría su cuerpo y le daba la espalda a Kellin- ¡VICTOR!

-¡Yo no fui!- Vic se levantó completamente asustado, dejando ver que no llevaba mas que un boxer cubriendo su desnudez- Kellin, te eh dicho que no me asustes asi.

-Pues voy a llegar tarde a la secundaria- Al responder puso una mano en su cadera dandole un deleite al mayor.

- Yo te llevaré, Ven- Vic palmeó sus piernas sobre la sabana.

-Ponte algo de ropa- Kellin bufó molesto y se acercó a la cama, subiendo al regazo de Vic sintiendo algo endurecerse debajo de el.

-No seas tan quejumbroso bebé- Vic hundió su cara en el cuello de Kellin aspirando el aroma a jabón que sobrepasaba la tela- Eres tan bonito, tengo la mejor suerte del mundo al tenerte conmigo.

-Gracias papi- Kellin puso los brazos en su cuello, para el era algo normal, siempre se subía sobre sus piernas y dejaba que su papá lo abrazara, aparte Kellin podía disfrutar del calor de Vic, para el era suficiente.

-Anda, no quiero que llegues tarde- Vic lo bajó de el y se fue a cambiar- ¿Ya desayunaste?

-Sip- Kellin se recostó nuevamente aspirando el aroma varoníl de su papá, amaba hacer eso.-¿Desayunaras?

-No, pero comeré algo en el camino- Kellin se volvío a su cometido y espero a Vic pacientemente.

-Vamos bebé.- Vic regreso con una amplia sonrisa.

-Ya no soy un bebé- Kellin hizo un puchero muy infantil para su edad.

-Para mi siempre lo serás amor- Vic cargó a su pequeño niño y le dio un corto beso en la frente.

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Kellin llegó a su clase a tiempo, todos lo miraron extrañado al verlo, no tenía nada extraño así que estaba confundido, no había alguien a quien conociera, ni Alan ni Oliver.

-Pasa- una voz detrás de el lo saco de su trance, el maestro habia llegado, no necesariamente era un maestro de ensueño, era un señor de mirada intimidante algo robusto.

Varias risas se escucharon en el fondo provocando una vergüenza incomoda en Kellin.

-Soy su Maestro de Química el señor Mckenna-La vista de ese señor se posó en Kellin haciendolo sentir incomodo.- No suelo hacer esto pero quiero que se presenten ante mi, empieza tu- Señaló a una chica pelinegra que miraba hacia la ventana, se levantó rápidamente haciendo que la falda de su uniforme se levantara dejando ver su ropa interior

"¿No se supone que deben usar un short debajo?" Kellin pensó vagamente mientras la muchacha se ponía cual tomate.

-Soy Alisson Mason, tengo 11 años- La pobre estaba tan avergonzada que no notaba la asquerosa mirada del maestro sobre ella.

-El que sigue- Los demás siguieron presentandóse diciendo su nombre, Pero Kellin no estaba prestando atención hasta que el dedo del maestro lo señalo.

-Soy Kellin Fuentes- Kellin miraba al piso, siempre evitaba las miradas u otra acción humana, era muy timido. El maestro miro con detalle el cuerpo de Kellin, ese hombre no tenía buenas intenciones con ninguno de sus alumnos. Relamió sus labios al ver las finas caderas del niño y el modo en que su uniforme se amoldaba a el. Ese niño era un sueño.

Las clases siguieron con naturalidad, Kellin conoció a sus maestros y a unos cuantos chicos de su clase, Jeydon, Sally, Ben, Jack y Alex.

Para Kellin fue el mejor día de su corta vida, pues no pensó hacer amigos tan fácilmente. El horario de clase terminó y Kellin estaba un tanto incómodo por la tardanza de su padre.

-Kellin- El señor Mckhenna le llamó mientras se sentaba a su lado cortando la cercanía.

-Digame señor- El maestro se relamió los labios al escuchar la suave voz del niño. Kellin estaba sentado en una banca afuera del edificio esperando a su padre.

-¿Tienes algo que hacer?- Era obvio que no, era un niño de solo 11 años.

-Estoy esperando a mi papá- En ese momento el maestro pasó su mano por el regordeto muslo del niño.

-Yo podría llevarte a casa- Kellin miró con cierto miedo a su maestro y se levanto sacudiendo su pantalón.

-No gracias, mi papá no tarda en llegar- Kellin caminó hacía el portón. Eran las 4:30 y su papá no llegaba. Y ese maestro lo estaba incomodando. Un auto negro se estacionó frente a el provocando una sonrisa en Kellin.

-Siento la tardanza Kellin, pero hubo un contratiempo- Vic bajó del auto y Kellin lo abrazó. Vic le quitó la mochila ante la mirada molesta del maestro.

-No te preocupes papí- El maestro se estremeció al escuchar esa palabra salir de esos carnosos labios. Sin duda ese niño le gustaba.

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Al llegar a casa Kellin se quitó los zapatos de un salto y se quitó el chaleco color azul marino del uniforme quedandose en su camiseta blanca mientras Vic aflojaba su corbata, había tenido un día difícil en la oficina y el ver a su hijo le daba el descanso que necesitaba.

-¿Qué tal tu primer día amor?- Vic se sentó en el sofá esperando la respuesta de Kellin.

-Humm... Bien- Kellin no estaba seguro de su respuesta y claramente Vic lo notó se levantó de su asiento. Kellin estaba por preparar la comida. Sus manos temblaban mientras trataba de cortar algunos vegetales.

-Kellin, te siento un poco extraño ¿Algún problema?- Kellin estaba nervioso. Dejó de lado el asunto del maestro y se enfocó en su padre. ¿Aún podía pedirle eso que le pidió cuando tenía 7? ¿Su padre se atrevería a hacerlo?

- Nada Papí, Solo estaba pensando- Vic abrazó a su hijo por la espalda sintiendo como temblaba. Vic se sintió preocupado ante estas reacciones.

-Hoy yo preparo la comida. Tu descansa- Vic deposito un beso en la nuca y le hizo a un lado. Kellin no protestó solo se sentó a la mesa con el rostro escondido entre sus manos. Estaba muriendo de la vergüenza. Pero deseaba tanto eso que tendría que dejarlo de lado. Antes de que fuese tarde.

-¿Puedo perdirte algo papí?- Vic levantó la mirada con curiosidad mientras ponía la comida al fuego.

-Sabes que si Kellin ¿Qué pasa?- Vic temía que preguntase sobre su madre o cosas asi. Ya le había inventado miles de historias para no llegar a eso y no habia planeado nada.

-Papí ¿Puedo besarte?- Kellin estaba rojo de la pena pero aún así se levanto de su asiento esperando una respuesta. Vic estaba perplejo. No sabía que decir.

Diablos! Ahora si Kellin lo había tomado desprevenido.