•|0.4|• Parte 2

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-El deseo es la verdadera esencia del hombre

-Spinoza.


Cansancio.

Esa palabra se extendía por todo mi cuerpo desde la punta de mis cabellos hasta mis pies. Estaba cansada de buscar a Rae, parecía haberse esfumado y lo peor es que me había dejado sola en un lugar lleno de extraños.

Las personas amontonadas bailaban de un lado a otro arrastrándome en un mar de cuerpos sudados, mis manos fueron a cada lado de mi rostro tratando de cubrir mis sentidos de la escandalosa música que sin remedio ya estaba comenzando a hacer que todo a mi alrededor de vueltas, mi corazón estaba golpeando con fuerza contra mis costillas , la adrenalina y la sensación de echarme a correr hacia alguna parte de todo este caos estaba carcomiendome por dentro, dispuesta a irme me abrí paso entre los cuerpos, mis manos yendo por todas partes y empujando al mismo tiempo que me tropezaba con los pies de los demás llevándome uno que otros golpes de desconocidos, sin embargo estaba avanzado, no sé a dónde pero todo parecía ser mejor que en donde me encontraba en estos momentos. Entre las personas se abrió un pequeño hueco hacia la salida y la felicidad se regó por mi alma, avance aún más decidida que antes , justo cuando el aire regresaba a mis pulmones sentí como unos dedos se enredaban alrededor de mi muñeca y jalaban de mi hacia lo que supongo era el pecho de aquel extraño.

Toda clase de alivio me abandonó.

Chille cuando esas desconocidas manos bruscamente envolvieron mi cintura, intenté zafarme de su agarre pero no pude, su cuerpo apretado al mio me sostuvo en mi lugar.

"Shh." Arrulló con sus asquerosos labios pegados a mi oreja, su respiración caliente erizando mi piel por completo.

"Si te quedas quieta seré bueno contigo, bebé."

La repulsion, el miedo y la angustia se esparció, mi cuerpo sin evitarlo reaccionó a sus palabras intentando de todo para poder escabullirme fuera de sus garras. Una de sus manos que me sostenía en mi lugar viajo hasta mi barbilla y la tomó con fuerza girando mi rostro aun lado, sin embargo no podía verle el rostro, lo único que podía sentir era su respiración sobre mis labios, el olor a alcohol viajando por mis fosas nasales. Pego aun mas su rostro sudado a mi cara dejándome un par de besos por el borde de la boca.

"Pasaremos un buen rato." aseguró restregandome su sucio aliento en el rostro. "Pero solo si te calmas."

Las lágrimas retenidas y el revoloteo enfermo en mi estómago se hicieron presentes.

"Suéltame, por favor" Solté débilmente con enojo, forcejee buscando una forma de huir.

"Aww, pero si apenas empezamos, muñec-."

Sus palabras se detuvieron y la presencia de su cuerpo contra mi espalda había desaparecido. Voltee mi cuerpo rápidamente para darle un rostro a la persona que me retenía y de paso que o quien lo ha apartado de mi.

Mis ojos dieron con una maraña de rizos chocolate sobre el cuerpo de aquel chico, lo golpeaba tan fuerte y tan violentamente que los recuerdos de mi chico dulce y tímido empezaron a aparecer para contradecir lo que mis ojos veían, para evitar que me olvide de quién es él realmente.

Era Harry. Harry estaba aquí.

Nellaf.   |h.s| a.uDonde viven las historias. Descúbrelo ahora