-¡Alto!- gritó un guardia, haciendo parar a un coche patrulla que intentó pasar a la prisión. El chico que iba al volante frenó el auto y abrió la ventanilla para asomar su cabeza.
-Traigo a un gamberro que ha intentado robar en un banco- explicó aquel chico, quien vestía un uniforme de policía y llevaba una gorra que tapaba sus ojos y su cabello.
El guardia de la puerta miró el interior del coche. Sentado en los asientos traseros se encontraba un joven de cabello castaño casi rojizo con la cabeza a gachas, observando las esposas que retenían sus manos.
-Puede pasar- fue lo que dijo el agente y volvió a la cabina para pulsar un botón y abrir la puerta de rejas. El policía que iba dentro del vehículo inclinó un poco la cabeza apretando ligeramente el acelerador y entró en la prisión.
Cuando llegó al pequeño aparcamiento, dejó el coche patrulla y salió de él para abrirle la puerta al preso y obligarlo a salir.
-Camina- dijo seriamente y sacó la porra de su cinturón para amenazarlo. El joven prisionero comenzó a caminar.
Ambos entraron en la cárcel y consiguieron llegar hasta donde todos los presos estaban encerrados. Ahí, un guardia le hizo entrega al policía las llaves de las celdas, quien después de agradecer, hizo andar a su prisionero.
El chico de uniforme se paró frente al calabozo número D-083. La ficha del preso estaba justo al lado y cuando la leyó, dio una sonrisa de lado.
Hizo al gamberro que había apresado a un lado para usar la llave y abrir la puerta. La dejó abierta y ambos chicos entraron.
Un joven de cabello castaño oscuro con un extraño rulo estaba sentado en una cama incómoda mirando al suelo, pero al escuchar el ruido de la puerta abriéndose, levantó la mirada, mostrando sus ojos color miel.
-Os habéis tardado mucho- fue lo que susurró el preso, dando una pequeña sonrisa de lado al ver a ambos chicos.
-Ve~ No es tan fácil conseguir infiltrarse en una prisión- el policía se levantó un poco la gorra, enseñando su cabello castaño claro con el mismo rulo que el prisionero, solo que en el otro lado, sus ojos color miel y una sonrisa amplia.
Se dirigió al joven de cabello castaño-rojizo y con unas llaves que llevaba en el bolsillo del uniforme abrió las esposas para quitárselas. Aquel chico se frotó las muñecas y miró a las otras dos personas con sus ojos color miel.
-Pero menos mal que todo salió bien y nadie nos descubrió- dijo mientras el que iba disfrazado de guardia sacaba dos pistolas de las fundas y se las lanzaba a cada uno.
El chico de cabello castaño oscuro se levantó de la cama al recibir el arma y la cargó, dando una sonrisa de lado.
-Los hermanos Vargas atacan de nuevo...
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[PAUSADO] Hetalia "Los hermanos Vargas"
FanfictionLos hermanos Vargas, con su famoso restaurante "Pasta e Pomodoro", esconden en el sótano a una tercera persona. La ciudad vive unos días de calma; sin embargo, algo grande está por suceder, y no parece tener un final muy... redondo, que se diga... ...