Desde cero

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Narra Alexander:

-Oye una cosa más...¿las tutorías siguen en pie?- dije sonriendo y ella sonrió -Claro, si tú puedes Alexander- cuando ella pronunció mi nombre sentí algo lindo, maldita sea esto demasiado cursi para mí -Por supuesto que puedo, ¿hoy a las 5 donde siempre?- dije -Si, Alexander- dijo ella sonriendo -Dime alex- dije tímido y ella asintió -Nos vemos hoy, "alex"- yo solo sonreí y la vi ir hacia el auto donde su madre la esperaba, me quedé ahí viendo todo su trayecto hasta que el auto desapareció de mi vista y me dispuse a irme también, llegue a casa y vi a mis padres sentados en el comedor de mi casa, era la hora de comer y la verdad yo estaba hambriento -Hola amor- dijo mi madre al verme entrar -Hola hijo- dijo mi padre al darse cuenta que llegue a casa y les sonreí a ambos, -Hola, ¿qué huele tan delicioso?- dije refiriéndome a la comida de mamá -Hice lasaña, amor yo sé lo mucho que te gusta- dijo mi mamá sirviéndome un un generoso trozo de lasaña en un plato -No me dejarán mentir, la verdad esta exquisita- dijo mi padre llevándose un bocado a la boca, en eso Joel llego y ahora estaba toda la familia junta, charlamos un rato mientras comíamos y al terminar todos fuimos a nuestras respectivas habitaciones, eran las 3:00 pm, faltaban 2 horas para encontrarme con Ariadna, así que decidí descansar un poco y cambiar mi ropa...

Narra Ariadna:

Alexander respondió mi duda, las tutorías seguían en pie, eso me puso de muy buen humor, ya que no quería que eso terminara, al despedirme de alex y llegar hasta el auto de mamá pude ver que el seguía de pie en el mismo lugar con la mirada fija en mi dirección -¿Quién es ese chico?- dijo mi madre viendo a Alexander -Un amigo mamá, más bien mi tutor, ¿recuerdas?- dije explicándole -Ah si, pero pensé que era alguien mayor, él parece de tu misma edad y es un lindo chico, amor- dijo mi madre observándolo y yo no dije nada, de pronto ya íbamos en camino a casa, cuando por fin llegamos mi madre me envió a lavar mis manos para comer, y así fue, mi madre preparo una ensalada de pollo la cual comencé a comer muy rápido ya que tenía bastante hambre -¿Y papá?- pregunté a mi madre mientras yo comía un trozo de lechuga -Me llamó y llegará más tarde, tiene mucho trabajo, hija- dijo mientras recogía unos platos de la mesa y yo asentí -Saldré a las 5 mamá, iré con Alexander a tutorías- dije tomando un poco de agua -¿Con qué se llama Alexander?- Dijo mi madre levantando una ceja y salpique un poco de agua por la reacción de mi mamá -Si mamá, es muy inteligente y realmente me ayuda- dije haciéndome la desinteresada -Muy bien me da gusto, hija- dijo mi madre y le ayude a lavar los pocos platos que utilizamos, el tiempo pasó y faltaba 1 hora para verme con alex, así que subí y cambie mi atuendo, me maquille muy ligeramente y salí de mi casa, mientras caminaba hacia la biblioteca pensé de nuevo en todo lo que pasó, en que alex y yo solo somos amigos y debo comportarme como tal, así será y espero que el también se comporte así, no necesito a alguien que rompa mi corazón por qué él tiene una fama de romper corazones y usar a las chicas, no estoy preparada como para confiar completamente en el no lo conozco del todo es alguien nuevo para mí, es mejor llevar las cosas ligeras, como amigos...

Narra Alexander:

Estaba sentado en la mesa que usualmente usamos Ariadna y yo para estudiar, la espere por unos 10 minutos y ahí estaba ella entrando, acomodo su bolso, me miró y de pronto sonrío, se acercó a mí y yo me puse de pie -Hola Ari- dije sonriendo -Hola Alex- dijo ella y la salude con un beso en la mejilla y tomamos asiento, y mire atentamente como ella comenzó a sacar unas libretas y libros de su pequeño bolso ¿cómo podía entrar todo eso en ese pequeño bolso? -¿Empezamos?- preguntó ella con una pequeña sonrisa -Empecemos...- dije y así fue, comenzamos con problemas fáciles para mí, ella se miraba confundida, pero como ya había dicho ella era muy inteligente sólo que necesita ayuda, me sorprendió mucho, ella terminó sola sus ejercicios y hasta me corrigió en un problema y ella se miraba tan feliz, me sentía orgulloso, quería abrazarla pero algo me decía que no, no quería asustarla, tenía que darle espacio -Eres muy inteligente, jamás pensé...- dijo ella y rápido se detuvo -¿Nunca pensaste que?- dije confundido -Que una persona como tú podría ser tan inteligente y atenta...- finalizó ella -¿Una persona como yo?- pregunté algo ofendido no sabía a qué se refería...

AlexanderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora