Narra Ariadna:
Hola, ¿qué tal?- dije muy nerviosa, lo tenía enfrente de mi de nuevo, era el chico más perfecto y estaba a centímetros de mi -¿por qué estas tan solitaria?- dijo y volteo hacia todos lados viendo mi soledad -lo que pasa es que hace unos minutos termine mi examen de matemáticas- dije con un poco de decepción reflejada en mi cara, no sabía nada de ese examen, -Te vez preocupada ¿todo bien?- dijo buscando mis ojos- Al parecer no me fue bien el mi examen- dije -Tal vez..yo podría ayudarte, entiendo un poco- dijo sonriendo apenado, mis ojos se agrandaron y mire su rostro, era increíble que aún no sabía su nombre y me ofrece de su ayuda, era una locura, el tenía un ligero color rosa y la mirada en mis ojos, pasaron unos segundos
y le conteste - oh no, no quiero molestarte muchas gracias- -no es molestia, Ariadna, en serio quiero ayudarte, por favor- dijo con las cejas muy juntas como sí verdad quisiera, me quede unos segundos pensando, por Dios va a creer que soy retrasada por responderle demasiado tarde -esta bien, sólo que hay un inconveniente- el hizo una mueca -¿cuál? - dijo sorprendido -Es que aún no se tu nombre- el abrió mucho los ojos, tomo su frente y cabello - Dios, eso es cierto soy un tonto siento mucho por no decirte desde el principio, soy Alexander, un gusto Ariadna- me extendió la mano sonriendo y yo la tome, sentí algo muy raro y lindo al tomar su mano, era fuerte y grande -Un gusto Alexander, bonito nombre- dije y me sonroje un poco - No más que el tuyo...- dijo dándome una sonrisa hermosa -entonces ¿aceptas mi ayuda?...