Capitulo 36

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—Me parece gracioso que tengas esa música de Barbie en tu coche— exclamo la rubia riendo.

—Solo fue una equivocación de disco, mi hermana tiene todos los suyos acá— bramo el chico rodando los ojos tras el volante.

—O... puede ser que como te guste Barbie hayas comprado el CD para recordarla— clamo Andy—. Aunque con solo escuchar uno de sus chillidos ya te queda marcado en tu mente para siempre.

—¡Yo no chillo!

—Lo ves— dijo la morocha y Barbara bufo.

Camille observo una vez mas el GPS centrándose en la cantidad de árboles que lo rodeaban, no estaban muy lejos de su destino, solo simples kilometros, para atenerse a recuperar a una de sus mejores amigas.

—¿Han llamado a la policia?— cuestiono el castaño y las demás fruncieron el ceño.

—¿La policia?—pregunto Andy—. ¿Para que?

—Ay no se— exclamo el chico—. Tal vez par que traigan algunas rosquillas y nos conviden.

—Por eso mismo— clamo Barbie—. Lo único que hacen es comer rosquillas, por eso yo traje algo mas genial.

—¿Algo mas genial?— cuestiono Camille llevando la mirada hacía la rubia.

La anterior y la morocha largaron un grito el cual causo que Jeff saltara en su lugar y detuviera el coche.

—¿¡Que carajo les ocurre a todas!?— exclamo pasando su vista a Barbara—. ¿Pero que carajos?

—¿¡De donde sacaste eso, Barbie!?— exclamo Andy.

—Ay dios, duh, se la robe a papá de arriba del armario, ¿no es linda?

—Y cuando podía pensar lo peor...— murmuro Camille rodando los ojos.

—¿Que carajos haces con una AR-24?— exclamo el castaño horrorizado.

—¿Que es un AR-24?— cuestiono la rubia frunciendo el ceño.

—¡Barbara deja esa puta arma en algún maldito lugar y dejate de joder!

—¡A mi no me grites!

—¡Te grito si quiero!— contraataco la morocha.

—¡Yo que vos no grito!— grito la rubia—. ¡Porque estoy re loca y el arma esta cargada!

Exclamo y acto continuo apunto a Andy, generando un grito de los otros individuos.— Jaja, nah, era una broma, creo que no esta car... ¡OYE, QUE CARAJOS HACES!

Jeff tomo el revolver en sus manos y lo guardo en su cinturilla ignorando los gritos de la rubia quien quería recuperear.

—Ahora cálmate y siéntate—clamo Jeff acomodándose tras el volante.

—¡Pero que te cree-!

—Barbie— siseeo Camille—. Por favor— susurro.

La rubia rodó los ojos y volvió a colocarse en el asiento observando la ventana mientras Andy visualizaba toda la situación y en segundos como si nada hubiera sucedido y en silencio partieron hacia su destino una vez mas.



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