Capítulo 10

11 1 0
                                    

Entiendan que hasta que no vea comentarios en este capítulo no la voy a seguir.
Gracias.

Hoy mi suerte ha sido la mejor. Mi mamá acaba de enviarle un mensaje a Samantha diciéndole que no vayamos para allá porque la tía Helen ha llegado tan cansada del viaje que se fue directo a la cama.

Antes de siquiera poder festejar, mi celular suena anunciando una llamada. La tomo antes del segundo timbre.

-¿Qué pasó, Mendoza?- Salió raro su apellido cuando lo mencioné. Después de todo el español no se me da muy bien. Seamos sinceros, apesto hablando cualquier otro idioma que no sea el inglés.

-Westrup. Hasta que te dignas a contestar.-Hizo una pausa.- Tengo dos opciones: o ignoraste mi mensaje o no lo has leído, ¿Con cuál acerté?

-La segunda opción, por supuesto.- Me burlé.- Sabes que sería incapaz de ignorarte.

-¿Debo sentirme celoso acaso, David?- Escuché la voz de Broco.

-Para nada, cariño.- Seguí el juego.

-¡Ponle pausa ahora!- Escuché como Broco le ordenaba a alguien. Ahí supe que estaban jugando Play Station y que seguramente tenían el teléfono en altavoz a la vez que jugaban.- Me siguió el juego y en modo cariñoso. Esto es importante. Dime cual es la correcta: 1. Conseguiste un culito. 2. Te ganaste la lotería. 3. Te hemos perdido y ahora te tendremos que considerar una amiga en vez de amigo, si sabes a lo que me refiero.

-Podríamos decir que entre la una y la dos.- Dije divertido. Se oyó cómo gritaban felicitándome y ya podía imaginarlos dándose palmadas entre sí.

-¿Y quién es?- Habló esta vez Kevin.- ¿Está buena?

-No les voy a decir.- Dije con firmeza pero sin perder el tono divertido.- Y no tienes idea de lo buena que está.

-¿Tan buena está que no quieres que la conozcamos? ¿Ni siquiera su nombre nos dices?

-Así es.- Respondí sonriendo.

-Bueno, ya era tiempo que buscaras a alguien.- Habla Broco riendo.

-Lo que sea. Te estábamos esperando y nunca llegaste.

-¿A dónde?- Pregunté confundido.

-Si, no leyó el mensaje.- Oí como Daniel le decía a alguien.- Te enviamos un mensaje para que vinieras a casa de Broco porque íbamos a terminar el partido.

-Ah, no, no lo leí.- Respondí lo obvio.- Y además no hubiese podido, porque yo no soy una zuripata como ustedes. Yo tengo que trabajar para ganarme el dinero, y no vaguear como algunos.

-La responsabilidad personificada.- Dijo Kevin con sarcasmo.

-Alguien tenía que ser el sensato en nuestro grupo, y yo no lo iba a ser.- Escuché decir a Broco mientras reía.- Ni Daniel ni Kevin. Así que solo quedas tú.

-Muy gracioso.- Contesté sarcástico. Escuché unos ruidos de fondo y supe que habían vuelto a encender el Play.

-Pero vente ahora.- Sugirió Daniel.- Así terminamos el partido.

-No puedo.- Contesté.- Les recuerdo que para mañana tenemos el examen de Deontología Pericial, mas todos los trabajos que debemos entregar.

-¡Mierda, marico! Yo no me acordaba del examen.- Ese obviamente es Daniel. Lo venezolano se le nota a millas de distancia. Sobre todo cuando habla. Reí.- Y mira la hora, son las 20:45 y yo no me sé nada. Y esa broma es más larga que el coño.- Se escuchaban ruidos.- Me voy. No pienso raspar ese examen.- Se escucho una puerta cerrarse.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 21, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pequeña DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora