Todos estábamos en silencio observando divertidos cómo Kevin estaba ligando con una tipa. El entrenador nos hizo una seña acompañada de una sonrisa y señaló a Dean a que hiciera el movimiento. Él, con una sonrisa, se acercó hacia el balón de fútbol y le pegó en dirección a Kevin. El balón impacta en su espalda haciendo un sonido hueco.
Las risas se escuchan de fondo cuando Kevin se da la vuelta furioso y nos ve a todos riéndonos de él. La chica corre hacia él preocupada y le empieza a hablar para comprobar si está bien. E iba a seguir viendo, pero la voz de Jorge, el entrenador, me hizo dejarlo a un lado.
-Es por ese motivo que no se pueden distraer en pleno entrenamiento.- Señaló a sus espaldas a Kevin quien no tenía muy linda cara que digamos.- ¡Smith, acá ahora!- Gritó Jorge. A los segundos llega Kevin con cara de querer matar a alguien. Amenaza con la mirada a Dean quien se encoge de hombros con una sonrisa burlona.- La próxima vez que te vea flirteando con alguien en mi entrenamiento no va a ser un balón el que te golpee, ¿Entendido?- Kevin asintió de mala gana.- Bien, tres vueltas al campus.
-¡¿Qué?!
-Como oíste.
-¡Tengo, prácticamente, fractura en la espalda! Y por culpa de ustedes. No voy a andar dando vueltas por ahí. Lo que deberían hacer es darme un masajito todo rico y olvidamos el incidente.
-Deja la estupidez y vete a dar las vueltas si no quieres que te saque del juego.- Kevin alzó las manos en señal de rendición.
-Está bien, no te alteres. No hay que llegar a esos términos.- Y empezó a trotar. Luego se volteo y con una sonrisa dijo:- Lo del masaje aun sigue en pie. Tú solo llama a tu hija y ella se encarga de todo.- Y se volteó. Jorge se puso rojo de la rabia y empezó a gritarle que ya no iban a ser 3 vueltas sino 10, y que se olvidara de estar en el juego.
Luego de eso nos corrió diciendo que nos veríamos la próxima semana. A lo lejos se escuchaban las amenazas de Jorge hacia mi pobre y estúpido amigo.
-Ey, David.- Saludó un tipo que si mal no recuerdo se llama Ryan. Le di un asentimiento de cabeza y seguí caminando hacia el estacionamiento. No me iba a duchar acá porque hoy me toca ir donde mi mamá y tengo que estar bien aseado si no quiero que empiece con su habladuría fastidiosa.
*
-Dios mío, Samantha ¿Qué es lo que tanto haces allá arriba? Vamos a visitar a nuestros padres, ni que fueras a algún concierto o algo.
-Ya estoy lista.- Avisó bajando por las escaleras. Llevaba un vestido blanco con dorado que le quedaba lindo. Hice señas que me siguiera y caminé hacia mi Jeep.
-Te prometo que no entiendo como puedes tardar tanto.- Exclamé prendiendo la camioneta-¡Una hora! Una hora para vestirte.
-Deja de quejarte y maneja que vamos tarde.- La miré burlón y arranqué.
*
-Y ¿Cómo te va en la universidad, David?- Preguntó papá. Ya habíamos terminado de cenar y nos encontrábamos en el living hablando de diferentes temas. Mi mamá y Sam se habían ido a la cocina a preparar unos batidos, creo.
-Lo normal. Mi continua esperanza es que nada más me queda un año para graduarme y ser libre.- Roger, mi papá, rió.
-Libre.- Se burló.- Después de eso vas a saber lo que te viene.- Negó con la cabeza divertido.- ¿Y el taller? ¿Has ido? ¿Si te da tiempo?
-Sinceramente tengo ya una semana que no voy. Como empezaron las clases y todo eso no me ha dado tiempo de pasarme por ahí. El director de la uni me dijo para repararle el carro y lo hice, pero es lo único que he hecho.- Pasé mi mano derecha por mi cabello para hacerlo a un lado.- Aunque ya debo volver, porque el dinero no aparece en mi bolsillo por arte de magia.- Roger me da una palmada en el hombro, apoyando mi idea.
ESTÁS LEYENDO
Pequeña Destrucción
RomanceSoy fanático de la expresión "Las reglas se hicieron para romperse". Lo que no esperaba es que la chica de la cual me fijara fuera una completa obsesionada con el orden y el respeto. Y dado a su responsabilidad, ella no rompía siquiera un plato. Pe...