siempre.

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encontraron el prado de margaritas un día de Noviembre.

con manos entrelazadas,
ojos soñadores,
sonrisas brillantes,
y corazones reparándose.

fue como un milagro,
lo único que tenían que hacer era respirar para calmar su ser.

estaban a salvo.

no dudaron; ese era su hogar.
construyeron una pequeña cabaña que olía a madera, lluvia, y canela.

olía a hogar.
lo que nunca tuvieron ahora estaba ahí, con las manos juntas lloraron de felicidad porque de tristeza y dolor ya no había lágrimas.

no necesitan un final feliz, se tienen a ellos mismos.
(lo entienden ahora.)

el sol es más caluroso y los días de lluvia más poéticos.
sus mejillas se mantienen sonrojadas todos el tiempo y las pecas de alegría se llegan a ver en sus rostros.

su amor sigue fuerte como el viento de Noviembre.
no tienen reglas ni prohibiciones; ya no las necesitan.

son libres.
siempre lo han sido.
siempre.

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Gracias a todas las personas que dieron su tiempo a leer está historia. Estoy muy orgullosa de como ha acabado, y espero que la hayan disfrutado.

Fía.

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