"La bestia"

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Érase una vez, en un lugar no muy distinto al tuyo, vivía un hermoso doncel llamado Naruto. Era amable, atento, desinteresado y trabajador. Sobre todo, Naruto adoraba a dios y a su familia.

Naruto se dedicaba a obtener educación y trabajar para ayudarle a su familia, iluminaba el día de quién lo conociera con su alegre perspectiva sobre la vida, un reflejo de su fe.
Naruto era un chico de ojos azules, su cabello era rubio, él era muy parecido a su padre pero tenía el carácter de su madre.
Pero en el mismo lugar vivía alguien preocupado por nadie más que si mismo. Tenía una abundante riqueza y vivía con el mayor de los lujos. Sin embargo, nadie lo envidiaba. Era un hombre cruel y sin sentimientos su nombre era Sasuke Uchiha, pero por todo el lugar era mejor conocido como..."La bestia".
Sasuke era un chico de cabello ónix y ojos negros, pero sobre ellos usaba unos pupilentes rojos para intimidar a la gente que él aborrecía.
En la casa de Sasuke su sirvienta le servía el desayuno, era huevo acompañado de unas salchichas, el peli negro vio el plato dejando de leer su periódico.
—Hmp, ¡Señorita Hyuga!.
—¿Si, Sasuke?.-Decía la oji perla volteando a ver al azabache.
—¿Qué es esto?.-Preguntó con repulsión.
—Desayuno.
El azabache soltó un suspiro y dejó el periódico en su lugar.— No, no lo es. Cuando me consiga algo para comer, estaré en mi oficina.
—Entonces te prepararé un pan tostado.
Dijo por último Hinata mientras veía al azabache irse a su oficina. La oji perla desechó el desayuno en la basura.
Por otro lado en esa misma casa iba llegando Kurenai una de las asistentes del Uchiha, quien abría la puerta de la gran mansión anunciando su llegada y encontrándose con el chico.
—He terminado el expediente de Shino, y recibí una llamada de la empresa Aburame.-Dijo feliz y sonriente la peli negra.-Desean que los asesore por una semana.
—Genial. Mira, llévate esto a mi oficina.-Dijo el azabache entregándole a la chica una carpeta amarilla.-Después necesito que respondas unos Correos electrónicos.
La peli negra Dios un largo suspiro mientras el azabache se retiraba y se dijo así misma.- Con mucho gusto.
El Uchiha volvió a la cocina y vio a Hinata limpiando la barra.
—Ah, Sasuke, el de reparaciones vendrá hoy a arreglar la chimenea.
—¿A mí que me importa?
—Solo para avisarte.
—Sra. Hyuga, ¿Cuándo me han importado sus avisos rutinarios?.-Dijo de mala manera el peli negro acercándose a la oji perla.
—Solo quiero tenerte informado para que no me culpes después por no avisarte.-Contestó tranquilamente, pues ella era la única que soportaba al Uchiha.
—¿Alguna ves lo he hecho?
—Hace dos semanas, cuando le gritaste a la electricista por haberte interrumpido en tu momento de soledad.-Dijo mientras el azabache estaba por retirarse, a él no le gustaba gritarle mucho a la oji perla, la susodicha dio un suspiro.- Vives solo, Sasuke, ¿Para qué necesitas soledad?
El peli negro siguió su camino muy enojado.
Con Naruto:
En una empresa de ortodoncia, en la recepción se encontraba un rubio de ojos azules acomodando archivos, llevaba unos tenis, pantalones negros, una camisa naranja como el atardecer y un abrigo negro. De pronto una rubia pálida de ojos no tan azules como los del rubio se acerca a él.
—¿Listo?.-Preguntó la chica acercándose al rubio.
—Ya casi. Solo tengo que sacar estos expedientes.-Dijo muy concentrado en el papeleo.-Tu anda. Yo cerraré.
—¿Quieres que lo haga por ti? Sabes que tienes "Tarea".-Dijo la chica sarcásticamente.
—No, estaré bien, y escuche ese tono de voz.-Dijo riendo.
—¿Cuál?.-Dijo la blonda sonriendo ampliamente.
—No te burles de mi tarea.-Dijo a carcajadas el rubio.
—Lo respeto por completo. Lo he vivido. Tú lo has vivido. Y por alguna razón todavía lo estás viviendo.-Dijo sacándole una risa al rubio.-No sé que harás con una maestría en todo caso.
—No se. Quizás comprar este consultorio y despedirte por burlarte de mí.-Dijo bromeando el rubio.
—Ah, sí. Qué chistoso ¿Aún quedamos para mañana?.-Dijo entre risas la chica.
—Ah, con tu amigo. Si.
—¿Te gusta?.-Dijo la blonda con cara insinuante.
—¿Sai? Parece simpático.-Dijo desinteresado.
—No está feo.
—No, no es eso Ino.-Solo que todavía no lo conozco.-Dijo el rubio sonriéndole.
—Pues, lo conocerás mañana en la exposición de arte.
—Bien. Nos vemos después.
—Bien. Adiós.-Dijo la chica saliendo del lugar.
Ella era Ino Yamanaka, la dulce mejor amiga del rubio quien era también su compañera de trabajo, ella se la pasaba normalmente buscando un novio para Naruto, aunque el rubio siempre rechazaba a cualquier cita que le consiguiera la blonda.
Con Sasuke:
—¡Eres la asistente más inepta que he tenido!.-Dijo Sasuke gritándole a las peli negra.-Te dije que no llamarás hasta que yo lo aprobara.
—¡Pero lo hiciste!.-Dijo Kurenai defendiéndose, mientras llegaban a la entrada de la casa.
El reparador observaba como el Uchiha regañaba a la muchacha.
—No, yo específicamente dije, "No hagas nada hasta tenerlos por seguro". Esto arruinara la relación que tengo con ellos.
—Como si tuvieras una relación con alguien.-Dijo molesta.
—Hmp, ¡Estás despedida!.-Dijo enfadado el azabache.
—Ni te molestes. Hace semanas que escribí mi resignación.-Dijo la chica entregándole una hoja al Uchiha. Este la recibió de mala gana y la revisó pero volteo a ver al reparador que no dejaba de ver la escena sorprendido, viendo la intensa mirada del azabache el rubio volteo del miedo y prosiguió con su trabajo. El chico se volvió hacia el papel.
—Tomando esta fecha en cuenta, no tendré que pagarte por las últimas semanas.
La chica más que enfadada le quitó el papel al chico y se fue furiosa azotando la blanca puerta al salir del lugar. El reparador proseguía con su trabajo después de mirar a la chica salir, al terminar la reparación de la chimenea el rubio se paro y accidentalmente tiro un jarrón fino, este asustado vio como cayó el jarrón rompiéndose en pequeños pedazos. El azabache mucho más furioso que antes se acercó al rubio.
—¡Idiota!.-Dijo con furia al rubio.
—Lo siento mucho, señor Uchiha. No fue mi intención.-Dijo el rubio viendo como el chico levantaba un pedazo foto del jarrón.
—Señor Namikaze, ¿No fue su intención? Nadie trata de ser un idiota. Simplemente ocurre.-Dice el azabache fríamente.- ¿Tiene idea de lo que vale esto? Esto equivale a las vidas de 10 personas. ¡20 si son como usted!
Dijo el azabache mientras le lanzaba el pedazo al rubio.
—Lo siento muchísimo, Sr. Uchiha. ¿Qué puedo hacer para remediarlo?
—No podrías hacer suficiente. Le llamaré a tu jefe en cuanto amanezca. Empieza a buscar un nuevo empleo.
—¡No! Señor, por favor. Necesito el empleo.-Dijo el rubio exaltado.
—No me importa lo que necesite.-Dijo el peli negro a gritos.-Esto está quebrado, mi día está arruinado, y tú eres el culpable por ambos.
—Por favor, Sr. Uchiha, no puedo perder este empleo.-Dijo rogando el rubio.- No me pueden despedir. Mis hijos dependen de mí....
—¡Fuera!.-Dijo con furia el azabache, interrumpiendo al rubio.-¡Ahora! Antes de que llame a al policía.
El rubio levanto sus cosas y se retiró.

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