Sai.

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En la mansión Uchiha:
—Hay un número telefónico en mi escritorio.-Dijo el Uchiha mientras leía relajado en su sillón.- Lo necesito ya.
Naruto fue a buscar inmediatamente lo dicho por el peli negro, pero al llegar a la oficina se encontró con varias notas, así que tomó una al azar y volvió con el azabache, le entregó la nota al Uchiha y este observó la nota.
—¡No! ¡Este no!.-Dijo Sasuke molesto.- quizá está en mi buró.
Naruto tomó la nota que le trajo al azabache y fue en busca de lo que le pedía.
Ya en la tarde Sasuke jugaba solo basquetbol. Se veía que se divertía, a pesar de que el invierno reinaba en esos tiempos.
Naruto contestaba los Correos del Uchiha, pero se detuvo a ver al chico por la ventana. Después volvió a su trabajo.
En la casa Uzumaki:
Naruto estudiaba para los exámenes de la escuela, pero luego escucho que alguien tocaba el timbre. No le tomo mucha importancia, pero luego Karin entró a su habitación.
—Es un tipo.- Dijo la peli roja.
—¿Quién?
—Sai.-Dijo sonriendo.- ¿Quién es el?
Naruto cerró su libro y se levanto de la cama para dirigirse a la sala donde estaba el azabache.
—Hola, Naru.-Dijo Sai sonriendo.
—Hola, Sai.
—Pensé que podríamos salir por un helado.
—Eh...Esta bien. - Naruto tomó su abrigo y Sai le abrió la puerta para que pasase primero.
Ya afuera, Naruto se puso el abrigo.
—Nos ahorre el viaje.-Dijo Sai con una falsa sonrisa y sacando dos botes de helado con sus respectivas cucharas.
—Oh, gracias.-Dijo tomando el bote pequeño y la cuchara de plástico.
Sai se sentó en la escalera y palmeo el suelo al alado de él indicándole a Naruto que se sentará.
—Realmente tenía ganas de pasar un rato contigo el otro día. ¿Por qué no saliste con nosotros?
—Tuve que trabajar.-Dijo abriendo el bote de helado.
—¿En serio?.-Dijo Sai haciendo lo mismo que el rubio.
—Si.-Dijo sonriendo.
—Pero ibas saliendo trabajo.
—Tengo otro empleo.
—¿Otro empleo?.-El chico de cabellera rubia asintió.- ¿No crees que es demasiado?
—Puedo hacerlo.-Sonrío el rubio.
—Ino me dijo que también vas a la escuela.
—Y...
—¿Acaso la escuela no es casi un segundo empleo? Así que son dos o tres. Vamos, Naruto.-Dijo haciendo reír al rubio.- Quizás sea hora de establecerte. Dejar que alguien te cuide.
—Me puedo cuidar a mí mismo muy bien.
—Sabes a qué me refiero. Como un novio o un esposo.- Dijo Sai, Naruto tosió al escuchar lo último.
—Simplemente no he encontrado al hombre adecuado.-Dijo concentrándose en el helado. Sai tomó un poco del helado de Naruto.
—Quizás esté sentado a tu lado.
—Sai, ni siquiera hemos salido una vez.-Dijo Naruto riendo.
—Puedo arreglar eso.
—Me refiero a que no nos conocemos.
—A veces basta con confiar en tus sentimientos. Y si no estás seguro, puedes confía en los míos.
—Me tengo que ir. Tengo un examen mañana.-Dijo levantándose rápidamente dejando a Sai sorprendido.- Gracias por el helado.
—Naruto, ¿En dónde se encuentra tu segundo empleo?
—La mansión Uchiha.-Dijo Naruto abriendo la puerta de su casa y cerrando dejando anonadado al azabache.
En la casa Uchiha:
Hinata preparaba un postre.
—Buenos días.-Le dijo Naruto sonriendo.
—Naruto, ¿Quieres desayunar?.-Dijo la oji perla devolviendo el gesto.
—No, no, no gracias. ¿Se encuentra el Sr. Uchiha?
—Esta en el jacuzzi. Acaba de pregunta por ti.
—¿El jacuzzi?
—Si.- Dijo Hinata mientras Naruto reía.
El rubio fue a donde se encontraba el azabache. Este estaba muy relajado. Naruto se sonrojo al ver la blanca piel y los marcados músculos del azabache.
—Eh...¿Sr. Uchiha?.-Dijo nervioso.
—Ah, Naruto. Hay un libro en el buró de mi habitación. Tráemelo. Naruto frunció el ceño y fue a buscar el libro, pero al verlo vio que al lado había un retrato del Uchiha con un oji perla, lo que despertó curiosidad en el rubio. Pues este se parecía mucho a Hinata.
Dejó el retrato en su lugar y llevo el libro hasta donde estaba el Uchiha. Le dio el libro.
—Puedes esperar en la otra habitación. Lee un libro si gustas.-Dijo el Uchiha fríamente.
—Por lo menos podré encontrar uno fácilmente.
Naruto se retiró y volver a curiosear en la peinarla biblioteca en busca del libro que había encontrado aquella vez. Tomó aquella Biblia y comenzó a leer, pero casi al momento, el Uchiha le mando a llamar.
—¡Naruto!.-El rubio dejó de leer y con el libro en las manos corrió hasta donde se encontraba el azabache.
—¿Si?
—Tráeme mi toalla.- El menor le extendió la toalla mientras miraba hacia otro lado sonrojado, esperando a que el azabache por fin tomará la toalla.
—¿Qué haces con eso?.-Dijo el azabache de mala manera y tomando la toalla.
—Leyendo. Estaba en tu estante. Espero que no te moleste.
—Deshazte de el.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Te dije que te decidieras de el.-Dijo a gritos asustando al rubio.
—Pero esta es una buena condición.- Dijo el rubio. Sasuke hizo caso omiso a las palabras del menor y tomó el libro arrojándolo en el agua.
—¿Cómo puedes hacer eso?.-Dijo Naruto muy sorprendido.
—No es más que un libro.-Dijo el Uchiha sin interés.
—No. Es la palabra de dios. ¿Acaso no es un sacrílego?
—¿Crees que me importa? Hace años que me dejo de importar la palabra de Dios.
—Quizás es hora de que eso cambie.- Dijo el rubio recogiendo el libro que estaba empapado.- No lo conozco a usted ni sus razones. Pero usted no me conoce a mí ni las mías. Por favor no sea tan irrespetuoso.
—¡Es mi casa!.-Gritó el azabache enfadado.- Sí no te gusta, puedes irte. Entonces aguántate. Salgo de viaje mañana. En mi oficina, encontrarás una lista de mandados que tengo para ti. Por ahora hazme la maleta. Sra. Hyuga, ¿Que me tiene de desayuno?
El azabache se retiró hacia la cocina, y Naruto trató de secar La Biblia como pudo.

Naruto y "la bestia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora