Capítulo 3

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Camila

18 de diciembre del 2015

— ¡ya basta Joe! Ya no te creo. —grite. Eran las 7 de la mañana y en un par de horas tenía que ir a trabajar. Joe se había desaparecido toda la noche sin dar explicaciones y había llegado tan solo hace cinco minutos con olor alcohol, diciendo que había estado con su hermano Nick.

—pero amor, escúchame. —suplicó, mientras se tomaba la cabeza entre sus manos. — ¿podrías dejar de gritar al menos? —dijo sentándose en el sofá.

Lo mire seria. — ¿en donde estabas? Y quiero la verdad.

—con Nick, ya te lo dije. —repitió exasperado.

— ¡Ja! ¿Tú crees que soy entupida? Sé perfectamente que no estabas con Nick anoche.

— ¿y como lo sabes? —se atrevió a desafiarme.

—porque me llamo. —le explique. —su vuelo se adelanto unas horas y quería despedirse, pero para variar tú estabas de fiesta.

—si no era Nick debió haber sido Kevin. —contestó como si nada.

Lo mire incrédula. —realmente piensas que creeré que el más sensato, tranquilo y bueno de los Jonas va estar emborrachándose toda la noche contigo ¿verdad?

—Kevin necesita desordenarse un poco. —dijo. —además estaba con alguien conocido, estoy seguro. —hizo una mueca por el dolor.

Suspire. Esto era la gota que rebalso el vaso. Ya no podía más. Sabía que Joe estaba pasando por un momento difícil, su adicción al alcohol y la caída de su carrera como cantante, lo tenían deprimido, pero yo ya no podía más. Lo amaba, pero esto era demasiado. Él no quería salir del hoyo en el que se había metido y yo ya no podía ayudarlo.

—necesitas ayuda Joe. —dije, con un nudo en la garganta. —tienes un problema y debes tratarte.

—tonterías. Estoy completamente bien. —dijo, dándole poca importancia.

Sin previo aviso las lágrimas comenzaron a traicionarme. —si es eso lo que quieres. —susurre.

Joe me miró. Su rostro de molestia cambio a preocupación cuando se dio cuenta que estaba llorando.

—amor. —intentó acercarse a mi, pero me corrí y me encerré en nuestro cuarto.

Había tomado una decisión, de cierto modo la había tomado hace mucho tiempo, pero solo lo estaba aplazando con las esperanzas de que Joe cambiara. Agarré mi maleta y coloque toda lo necesario, estaba decidido, me iría. Ya no podía seguir viviendo con él y aunque sabía que esto iba a ser doloroso, necesitaba un tiempo a solas para pensar. Me sequé las lágrimas y tomé aire. Cuando salí de nuestro cuarto, Joe estaba apoyado en la pared esperándome. Apenas me vio con la maleta, se puso nervioso.

— ¿Qué haces? —preguntó con miedo.

—me voy, Joe. —dije cabizbaja.

—pero... no. Amor, hablemos. —dijo.

—ya no hay nada de que hablar. —intente avanzar. Las lágrimas amenazaban con salir y lo que menos quería era llorar en ese momento.

—amor, por favor, no te vayas. Cambiaré. —suplicó.

—eso ya me lo has dicho muchas veces, pero sigues igual. Sales, desapareces y luego llegas borracho a la casa. Mientras yo estoy preocupada, pensando que te puede pasar algo. Ya no más, Jonas, ya no más. —de un empujón lo aleje de mi lado y me fui corriendo.

Sabía que venía tras de mi, así que apresuré el paso para no verlo. Si el seguía insistiendo cedería ante sus suplicas y no me iría. Tan solo espero que entienda la indirecta y cambie.


En el trabajo...

Trabajo en un local de comida rápida, exactamente en el área de cocina. Me la pase todo el tiempo friendo, para tener una excusa de mis lágrimas. Había sido muy doloroso dejar a Joe, pero era necesario. Él debía aprender que se estaba equivocando de camino, él necesitaba verlo por si mismo.

Mientras trabajaba, a tan solo dos horas de terminar mi turno sin saber adonde ir, se acercó uno de mis compañeros.

—ey, Cami, ¿me dirás que te sucede? —preguntó Lee.

—nada, solo que hoy no es mi día. —contesté.

—claro. Por eso llegaste con una maleta.

Lo miré. ¿A quien quería engañar? Todo el mundo se dio cuenta, es bastante difícil disimular una maleta.

—me fui de la casa de Joe y ahora no sé adonde ir.

Lee frunció el ceño. — me lo imaginaba. —suspiró. —pero sabes, tu buen amigo Lee te tiene la solución. —lo miré extrañada. No pensará darme alojo en su casa ¿o si? Es mi amigo, pero tiene su reputación. —una chica vino a dejar un aviso. Necesitan una compañera de apartamento responsable. — me entrego el aviso. —lo guarde, porque pensé que lo necesitarías.

Le sonreí. —gracias.

Él asintió hacia mí y se fue para seguir atendiendo. Leí el aviso. Era un apartamento justo aquí en Brooklyn, había un número y el nombre de la chica. Me fui al baño para poder llamarla.

­— ¿Hola? —dijeron por el auricular.

—Hola, llamaba por el aviso del apartamento. ¿Aun está disponible?

—oh, si. Aun está disponible.

—me gustaría verlo, ¿podrías mostrármelo? —pregunté.

—claro. No hay problema. Dame tu nombre para que el conserje te deje pasar.

—Camila Suero.

—perfecto. Cuando llegues pregunta por Gabriela Osorio, ese es mi nombre, y él conserje te dejara pasar sin problemas.

—Gracias. Estaré allí como a las seis.

—aquí te espero. Hasta luego.

—Hasta luego.

Quizás las cosas mejorarían. La amabilidad de esa chica hizo que sintiera un poco de paz en mi interior. Paz que no sentía hace mucho tiempo. Espero que Joe pueda sentir esa misma paz que siento ahora. Deseo de todo corazón que él se de cuenta que se esta haciendo daño a si mismo y a todos los que lo rodean.

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Cake by the CHRISTMAS [Jonas] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora