Capitulo 3

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-¡Me parece que adentro se armó un quilombo bárbaro! -venía diciendo Paula-. Están...

Y recién ahí vio a la Directora, que acababa de llegar, seguida dos pasos más atrás por la Foca.

-Buenas noches -saludó la Directora.
-Buenas noches -contestaron los chicos parándose de golpe.

Paula apenas pudo recuperar el equilibrio, con el frenazo que había pegado. Federico pateó a Fabián que no se había enterado de nada. Fabián abrió los ojos, vio a la Directora, se paró de un salto y, sin sacarse los auriculares, gritó un "¡¡¡Buenas noches!!!" tan fuerte, que hasta la Directora se tentó.

-¿Por qué están acá afuera? -preguntó la Foca.
-Estábamos charlando -contestó Graciela.
-Adentro señores, no es para estar acá -dijo la Foca y, sin esperar respuesta, entró.

Los chicos la siguieron y Federico no perdió la oportunidad de imitarle la forma de caminar.
Cuando entraron a la escuela, se quedaron unos pasos mas atrás, esperando que la Foca y la Dire se alejaran, para que Paula pudiera contarles lo que había escuchado.

-¿Qué pasó? -pregunto Federico tironeándole el brazo.
-¡Shhhh! ¡Esperá! -lo hizo callar Graciela.

La Directora iba subiendo la escalera, clavando en el mármol gastado sus tacos finitos y ruidosos, con esos pasitos rápidos que los chicos conocían tan bien. Desde abajo podían ver su cola gorda bamboleándose de un escalón a otro y, atrás, apurada para no perderle el paso, la Foca, flaca y escuálida en su tapadito marrón.

Paula esperó que la directora llegara arriba antes de hablar, no porque tuviera demaciado para contar, sino porque le encantaba que todos estuvieran pendientes de ella, sobre todo, Federico.

-¡Dale contá! -la volvió a apurar Fede.
-¿Vieron que yo fui al baño...? -empezó Paula.
-Sí, ¿y...?
-¿ Y vieron que para ir al baño hay que pasar por la puerta del grado...? -siguió.
-Sí, nena ya sabemos.
-Entonces yo pase dos veces: una para ir y otra para volver -dijo Paula.
-¿Y eso qué importa? -se impaciento Federico.
-Que si pasaba una sola vez se quedaba en el baño y todavía estaba ahí -bromeó Fabián, pero nadie le festejó el chiste.
-Déjenla contar -la defendió Graciela.
-Bueno, la primera vez que pasé, no pasó nada...
-Hacela corta, ¿querés? -interrumpió Fede.
-Pero la segunda vez... Cuando volvía...
-Del baño... -acotó Fabián, dispuesto a molestar a Paula-. Porque no se si saben que Paula fue al baño y pasó por la puerta del grado dos veces: una para ir y otra para venir.
-¡Dejame contar! -se enojó Paula.
-Estaba tratando de ayudarte... Por si no te entendían -bromeó Fabián.
-Yo no necesito ayuda.
-Bueno, ¿querés contar qué pasó de una vez? -casi gritó Fede.
-Sí, pero me interrumpen todo el tiempo...
Bueno, cuando volvía del baño, volví a pasar por la puerta del grado y escuché...
-¿Qué?
-Que había un quilombo bárbaro.
-Sí, pero ¿qué decían? -pregunto Federico furioso?
-No sé que decían; hablaban todos a los gritos y no se entendía nada.
-¿Y para decir eso tanto lío? - se enojó Federico.
-¡Es que parecía que se iban a agarrar a las piñas, te juro! -trató de justificarse Paula.
Graciela salió a defenderla.
-Vamos arriba a escuchar -dijo.
-Nos van a sacar corriendo... -contestó Paula.
-No vamos a entrar, nena; nos sentamos afuera y escuchamos -dijo Fabián.
-Pero desde afuera no se escucha nada, tienen todas las ventana cerradas -insistió Paula.
-¿Pero no dijiste que estaban a los gritos? -dijo Fede.
-Sí, pero...
-Dale, vamos -y Federico se puso en camino.

Los otros tres lo siguieron.

Cuando llegaron a la puerta del grado, comprobaron que, efectivamente, no se escuchaba nada. Todos adentro parecían muy tranquilos, conversando.

-¿Y el quilombo? -preguntó Fede que tenia ganas de ver correr sangre.
-¡Qué se yo! Se habrán tranquilizado cuando entró la Dire.

Los chicos se sentaron en el suelo, pegados a la puerta, para poder escuchar sin ser vistos.

Caídos del Mapa II - Con Un Pie En El MicroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora