Capítulo 1 "Un idiota"

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Mi nombre es Florencia, soy de Argentina, espero que les guste esta nueva novela si es así, ya saben como es esto, voten y comenten que me ayuda muchisimo a seguirla. Para las que me conocen de "No dire te amo" Si, hace ya bastante que no subia una novela y varias me estaban pidiendo por mensaje privado, pero aquí la tienen, flor ha vuelto :D Y Samu también <3. Esta vez me tire más por la fantasía, quiero probar, no le voy a meter dragones pero me gusta este rollo raro. Espero que la disfruten :) Saludos

Capítulo 1 Un idiota.

Hace ya un mes de mi última misión... Fue un niño recién nacido que sufría de pulmonía, sus pulmones colapsaban de mucosidad, fui su "enfermera" para que los padres no sospecharan, cuidándolo día y noche para que ningún ángel negro se le acerque. Le llamamos así a aquellas bestias horrorosas que lo único que hacen es quitarle la vida a inocentes personas.

Por suerte no sucedió nada, el niño se curó y mi misión se cumplió.

Suena el móvil. Era Jeff.

- Charito, mi vida, ¿Qué haces corazón?- Su voz era más tierna de lo normal.

- Jodeeeer Jeff, estoy tumbada en mi casa, tranquila ¿ahora que me pedirás?- Sabia como venía la cosa.

Jeff era el que nos asignaba las misiones a todos los guardianes, el decidía que persona nos tocaba. La ultima vez que me hablo tan dulcemente me asigno una señora de 98 años con cáncer de riñón, era prácticamente imposible salvarla, y tuve que luchar con más de un ángel negro para que no se la llevaran, lo logre, pero luego tuve que estar en recuperación por más de 2 meses. La energía que se usa para luchar, no se saca de los árboles.

- Mira cariño, tengo uno grande para ti. Su nombre es Samuel de Luque, tiene 26 años, millonario, bastante guapote diría yo...-

- ¿Cuál es la trampa?- Pregunte sin rodeos

- ¿Qué trampa? No hay trampa mi sol...

- Jeff...- Largo una carcajada del otro lado del teléfono.

- Okey, okey, como me conoces reina. Escucha, esta persona es muy importante para el mundo, muchas personas quieren hacerle daño, debes alejarlo de "amistades" que él cree que son buenas.

- Entiendo... ¿Por qué es importante?-

- Eso no te lo puedo contestar aun, solo que quizá es la misión más importante que le di a un guardián hasta ahora, y te elegí a ti por que sé que lo puedes lograr.-

- Deja de halagarme gilipollas-

- ¿Aceptas o no?-

- Si... Acepto. ¿Dónde lo encuentro?- Dije sin muchas ganas

- Sabía que no te resistirías. En el bar de Antaño, sobre la avenida...-

-Se dónde es. ¿Qué hace ese idiota en un sitio así? No es malo, pero no para un millonario.-

- A eso me refiero lindura, concurre a ese tipo de lugares todo el tiempo, haz lo que sea pero aléjalo de las malas compañías.-

- Intentare- Colgué.

Maldito niñato, que encima de tener una pasta, se busca problemas y yo se los tengo que arreglar.

Mire por la ventana, había oscurecido hace rato y el frío se estaba empezando a hacer notar. Estamos a principios del otoño, pero joder que se está adelantando el invierno.

Me cambie, un short negro ajustado para que se vean mis piernas tatuadas, remera gris que me quedaba grande y una chaqueta de cuero negro y unas botas de leñador también negras, me gusta ese color. ¿Se nota?

Mi pelo castaño, casi tocaba mi cintura, me gustaba largo. Para que no se notara que no lo había cepillado, me puse un gorrito y ya estaba lista.

Tome el móvil, llaves y algo de dinero.

Llame el primer taxi que se cruzó por la calle.

Me condujo hasta ese bar, lo conocía de a ver ido varias veces con amigos.

Cuando llegue eran eso de la 2 de la mañana.

Unos borrachines se estaban pegando al costado de la puerta. Revolee los ojos y me adentre.

El olor a cigarrillo y alcohol me mareo al principio, pero me acostumbre rápido. Empecé a caminar por la taberna, muchos hombres se giraron a verme ya que no era común que una niña como yo esté en esos lugares. Llegue a la barra.

Un señor de unos 50 años me atendió.

- Pero miren que tenemos aquí... Una bonita jovencita... Dime preciosa, ¿En qué te puedo ayudar?- Dijo con una sonrisa en su cara.

- Busco a Samuel De Luque- La sonrisa de aquel hombre se esfumo rápidamente.

- Ese... Acaba de ser expulsado de mi bar por crear disturbios, creo que se estaba peleando en la puerta, menudo idiota...-

- ¿ERA ÉL? Puta madre...- tome un poco de aire le di las gracias y Salí a buscarlo. Ni siquiera sabría cuál de los dos seria.

En cuanto Salí empecé a buscarlos, uno ya se había ido y quedaba el otro tumbado en el suelo, con la nariz sangrando, olía a alcohol que daba asco.

- Samuel... ¿ERES SAMUEL?- No respondía...

Ya me estaba imaginando que estuviera muerto, Jeff me mataría a mí.

Le tome el pulso en el cuello, aún vivía. Comencé a hurgarle los bolsillos de los pantalones para buscar la billetera.

- ¡Lotería!- La saque y busque algo que me dijera su nombre, encontré el registro para manejar. ¡SAMUEL DE LUQUE, LO HABIA ENCONTRADO! Y en qué estado más deplorable por favor...

Era el doble de mi contextura física, no podría levantarlo sola. Mire alrededor, en una esquina estaban unos hombres rudos y con barba larga tomando cerveza junto a sus motos.

Tome otra bocanada de aire. Me cago en Jeff y en sus misiones. Me acerque dulcemente a esos dos hombres que daban miedo.

- Buenas noches muchachos- Le sonreí

- Hola preciosa, ¿dime que necesitas?-

- ¿Vieron ese idiota que esta desmayado ahí?-

- ¡SI! Menuda paliza le dieron recién, paró la pelea para vomitar y luego se desmayó.- Rieron los dos.

- Es mi hermano...- Ambos se callaron – Y necesito llevarlo a casa, ¿Podrían meterlo en un taxi? Es que yo no tengo su fuerza, ni sus brazos- Intente comprarlos.

- Pues bueno, lo haremos solo porque eres una lindura bebe, manos a la obra Ricky- Golpeo a su compañero y ambos los adentraron en un auto que yo paré.

No pensaba llevarlo a mi casa ni loca, así que busque su dirección en los documentos y sus llaves en el bolsillo.

Durante el viaje seguí revisando su billetera, tenía una foto de una chica, quizá su novia muy bonita...

Llegamos a la puerta de un edificio, le pague al taxista con la plata del chico e intente despertarlo.

- ¿Eh? ¿Guien eries tú?- No podía ni articular palabra, lo ayude a salir del auto, por lo menos ahora podía caminar, aunque prácticamente tumbado sobre mi hombro.

Llegamos hasta el ascensor como pudimos, tardamos alrededor de 15 minutos, pero llegamos. Para encontrarnos con otro problema, el maldito ascensor no tenía números, solo una pantalla táctil negra, en sima decía, apoye sus dedos AQUÍ.

- Joder que son complicados los millonarios eh- Lleve la mano del niñato hasta la pantalla y salto una luz verde, en seguida se cerraron las puertas y el ascensor se empezó a mover.

Llegamos a un piso enorme, decorado en tono blanco y negro, otro color no había. Debo decir que tenía buen gusto.

Lleve al idiota al sofá y ahí se quedó. Yo me serví agua y me senté en el sillón individual mi espalda estaba destrozada. Esta misión no será fácil...



Bienvenida al infierno. (Samuel De Luque)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora