Capítulo 2 "Conejito Sweet"

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Mientras estaba recostada en el sillón individual con mi vaso de agua, me quede mirando al sujeto, tenia un traje carísimo y sus zapatos vomitados – vaya combinación – pensé.

Subí mi mirada hasta su cara, se veía tranquilo... Demasiado. Me acerque hasta su nariz para sentir si respiraba, quizá estaba muerto y no me había dado cuenta.

Respira.

Bien. ¿Ahora que hago yo? Comencé a caminar por el departamento, era enorme. Fui hasta su habitación para buscar algo para cambiarle su ropa vomitada, el olor me estaba matando.

Al ingresar veo que el cuarto era más grande que mi departamento, prendo la luz y entro a la mini habitación donde tenía toda su ropa, hurgando encuentro un par de pantalones y camiseta cómoda.

- ¿Samii? ¿Eres tu bebé? Pensé que estabas en New York por negocios- Una voz aguada proveniente seguramente de la cama, habló.

Joderrrr ¿Qué mierda hago ahora? Comencé a ver desesperadamente algún lugar para esconderme.

Me adentre entre los trajes colgados y camisas, intente no hacer ningún ruido, nada.

- ¿Conejito sweet? ¿Donde estas?-

Hice un gesto de asco, ¿Quién llama conejito sweet a su pareja? Mire entre los trajes colgados y pude divisar una figura esbelta, alta, sin muchas curvas, llevaba puesto un vestido de gasa rosa, tenia cuerpo de modelo la maldita, por su espalda colgaba su pelo largo, lacio y rubio. Prototipo perfecto, tan cliché de los ricos...

- Mmm, creí haber escuchado algo...- Susurro la idiota. Sí sí, recién la conocía y ya me caía mal, soy así.

Oí atentamente y al parecer salió de la habitación, sus pasos se escuchaban alejándose y bajando la escalera.

Respire al fin.

Salí despacio de mi escondite, no me di cuenta que tenia aun la remera y pantalón del idiota.

Volví a observar mí alrededor. ¿Cómo coño me iré sin que esa modelo me pille y crea que soy una ladrona? Hablando en serio, no parezco un guardián, más bien una delincuente de esas que llevan cuchillos en sus botas... Lo peor... ES QUE SI TENGO UN CUCHILLO EN MI BOTA. Pero es solo por protección. No voy a robarle a nadie, por favor...

Mire a un costado de la habitación donde divisé una ventana, abrí el vidrio y saque la cabeza hacia fuera, me había olvidado el frío que hacía.

Mierda.

Estaba a unos 8 pisos de altura.

Gire la cabeza y ví que en la habitación que le seguía había un balcón el que conectaba con una escalera de emergencia hacia la avenida.

- Gracias Dios, la virgen y todos los santos- Susurre

Corrí hasta la puerta del dormitorio, y asomé la cabeza, muy bien, muy bien. No hay moros en la costa.

Salí muy despacio hacia el pasillo y me dirigí a la habitación que estaba al lado.

Cuando estaba abriendo la puerta, escucho un grito aterrador y agudo que hizo que me tapara los oídos.

-¿QUIÉN ERES TÚ? –

La cagué.

Me gire y ví a la modelito a los pies de la escalera, tenía sus manos en la cintura, posición desafiante.

- Se hace la mala y ni le sale...- Pensé.

- Soy Charo... Emm, yo traje a tu novio del bar.- ¿CÓMO HAGO PARA QUE ESO NO SUENE A QUE LE ESTA SIENDO INFIEL?

- ¿Qué le pasó? ¿Por qué no responde?- Miró hacia el sillón donde estaba tumbado el niñato.

Sorprendentemente no hizo caso a que este saliendo de su habitación de forma sigilosa para meterme a otra, lo agradecí en mi mente.

- Pues... Bebió de más, creo problemas y los encontró...- Baje rápido de la escalera. – ¿Pero sabes? Yo ya me tengo que ir, cuídalo y que no se meta en problemas.-

- Pero si mi conejito no bebe...- Respondió de forma tonta.

- Conejito si bebe... Y mucho- Dije en tono de burla.

- ¿Qué tienes que ver tú con él?- Me miró de arriba a bajo con su sutil y continua cara de asco. Miro mis piernas tatuadas, arrugó la nariz en forma de desaprobación. Zorra.

- Nada... Solo lo encontré tirado en la calle, revise su billetera y lo traje hasta lo que creo es su domicilio.

- Gracias...- Me sorprendió su respuesta

- De nada, me voy- Llame al ascensor y me adentre lo más rápido que pude. La niñata no pudo decir otra cosa.

No será una misión fácil. ¡JODER JEFF, ESTO ES TU CULPA! Grite una vez adentro del ascensor. Sentí que vibraba mi móvil, lo saque del bolsillo y mire el mensaje.

*No me maldigas cariño, tú aceptaste. Jeff*

Revolee los ojos, siempre esta escuchando. Guarde el celular y Salí a la calle.

Respire el aire frío de la madrugada, hizo que cerrara los ojos. Por fin algo de tranquilidad.

- Disculpa. ¿Charo?- Abrí los ojos y me encontré con un niño de unos 16 años.

- ¿Qué quieres?- Dije sin rodeos.

- Esto te lo mando Jeff.- Me entrego un sobre marrón. El chico me miraba con cara de intriga, no se si esperaba propina o ver lo que contenía el sobre.

- Vete.- El muchacho se fue y yo abrí lo que me dio, comencé a leerlo. Era información sobre el idiota, donde vivía, donde trabajaba, su familia cercana, su novia (hice cara de asco) y los lugares al que suele frecuentar.

Vuelve a vibrar mi móvil. Mensaje.

* ¡ADIVINA QUE PRIMOR! Ahora eres la nueva asistente personal del magnate y millonario señor De Luque. Vete a dormir, empiezas a las 8. Jeff.*

- ¡PERO QUE HIJO DE PUTA!- Grité, me salio del alma. Lo juro.

Me tomé el primer taxi que frenó, fui hasta mi casa, debía descansar, en 3 horas era la nueva secretaria idiota del idiota...

Bienvenida al infierno. (Samuel De Luque)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora